Poco más de 24 horas después de quedar eliminada en octavos de final de la UEFA Champions League, la AS Roma ha oficializado la salida de Eusebio Di Francesco y de Ramón Rodríguez “Monchi”. La dupla que inició su andadura en verano de 2017, se separa del club giallorosso sin haber cumplido dos campañas.
El camino hasta Roma de Di Francesco y Monchi
Di Francesco fue jugador de la AS Roma durante cuatro temporadas. Como centrocampista giallorosso formó parte del equipo que conquistó el último Scudetto en 2001. Poco después de su retiro en 2005, inició su etapa de entrenador. Tras unas primeras experiencias con distinta suerte, aterrizó en el Sassuolo. En el equipo de Emilia-Romagna logró el primer ascenso de la entidad a la Serie A en 2012. Años después, en la temporada 2015/16 los neroverdi alcanzaron la sexta posición. La mejor clasificación en su historia les dio la oportunidad de disputar la Europa League. Durante estos años, el conjunto de Di Francesco se caracterizó por un juego combinativo y competitivo.
Todo ello le llevó a ser el elegido de Monchi para el banquillo de la AS Roma. El Director Técnico de San Fernando llegaba a la capital después de triunfar en su Sevilla FC. El objetivo romano no era otro que el de plantarle cara a la Juventus en un plazo de tres a cuatro años.
Di Francesco y Monchi inician su andadura juntos
Temporada 2017/18
Los inicios fueron tumultuosos debido a la retirada de Francesco Totti y la venta obligada de Mo Salah al Liverpool. Pese a ello, el proyecto arrancó de forma positiva gracias a los resultados del equipo.
El primer mercado de fichajes de Monchi tuvo varios protagonistas. El joven turco Cengiz Ünder, y el recuperado Lorenzo Pellegrini inyectaron calidad y juventud. A ellos se sumó la experiencia de Aleksandar Kolarov, y el pase definitivo de Federico Fazio. Los cuatro formaron parte importante de una squadra que sorprendió a Europa.
Sin embargo, no rindieron de la misma manera Héctor Moreno, Grégoire Defrel y Patrik Schick. El mexicano fue traspasado a la Real Sociedad en el mercado invernal, y los dos puntas no supieron aprovechar sus oportunidades.
Con todo, la AS Roma supo dar la cara en la Serie A, terminando tercera por detrás de Juventus y Napoli. La gesta llegó en la UEFA Champions League, dónde contra todo pronóstico, los romanistas eliminaron al FC Barcelona en cuartos de final. Tras el 4-1 en contra del Camp Nou, el éxtasis se produjo con el cabezazo de Manolas que puso el 3-0 definitivo en el Olímpico.
La Roma fue bastante consistente a nivel defensivo durante todo el curso. La presión iniciada en tres cuartos de campo permitía defender lejos de la portería. Al trabajo grupal hay que añadirle un factor clave: Alisson Becker se erigió como uno de los mejores metas del mundo. Di Francesco consiguió dotar de equilibrio al juego del equipo, y la columna Alisson-Manolas-De Rossi-Nainggolan-Dzeko llevo a la entidad romana a la semifinales de la UEFA Champions League 34 años después.
Temporada 2018/19
El segundo año arrancó con la expectativa de seguir mejorando el nivel, de estar cerca de Napoli y Juventus en Serie A, y mantener el buen nivel en Europa. Pero, las salidas del equipo en verano fueron llamativas, y algunas de ellas tremendamente perjudiciales para el equipo y afición.
De Liverpool llegó una oferta mareante por Alisson, quién hizo las maletas hacia Inglaterra. Tras la salida del cancerbero, muy dolorosas fueron la marcha de Nainggolan y Strootman. Dos jugadores muy queridos por los tifossi, ya que aportaban mucho carácter en el campo. El belga, siembre discutido por sus indisciplinas, marchó al Inter a cambio de más de 20 millones y Santon+Zaniolo. Por su parte, el holandés fue sorprendentemente traspasado al Olympique de Marsella en las últimas horas de mercado.
La importancia de la experiencia
El arco romanista pasó de ser cubierto por Alisson y Skorupski, a hacerlo por Olsen, Mirante y Fuzato. Suplir al portero brasileño era muy complicado, y Robin Olsen ha cumplido su cometido. Sin embargo, y tras perder nivel en el titular, la posición de suplente tampoco ha aportado competitividad ni mejorado el nivel de Skorupski.
En la línea defensiva, tras la salida del alemán Rüdiger, Fazio completó una gran campaña, llegando a ir convocado por Sampaoli al Mundial de Rusia. Sin embargo, el nivel del central argentino ha caído en picado esta temporada. Algo similar le ha sucedido a su pareja, Konstantinos Manolas. El griego se muestra dubitativo con el balón en los pies, y sufre enormemente con espacio a su espalda. Kolarov y Florenzi acumulan muchos minutos sin recambios de garantía. Karsdorp y Bianda han estado lesionados gran parte de la temporada, y Juan Jesús y Marcano están lejos del nivel que necesita la Lupa.
Las mencionadas bajas de Nainggolan y Strootman han hecho mucho daño al equipo. Es evidente que, por edad y rendimiento, la Roma se encontraba delante de la última oportunidad para obtener rédito económico de ambos futbolistas. Lo que no podía saber la cúpula romanista es hasta dónde podía llegar a perjudicarles tal ambición económica. La pérdida de competitividad sin ellos ha sido asombrosa.
Sólo una luz en el horizonte
Cristante aterrizó en Roma como el mejor centrocampista de la anterior temporada en la Serie A. Sin embargo, ahora tiene mayor responsabilidad defensiva que en el equipo de Gasperini. El italiano sufre el bajo rendimiento de la pareja de centrales y de su acompañante en el centro del campo. Steven N’Zonzi llegó como campeón del mundo y como una pieza básica en el nuevo esquema de Di Francesco. Aún así, la pasividad con la que juega el francés ha desesperado a los tifossi en muchas ocasiones.
La única nota positiva en la delantera romanista ha sido el joven de 19 años, Nicolò Zaniolo. El toscano ha aportado frescura, atrevimiento y sensación de peligro en el área rival. La nueva perla giallorossa se ha comido totalmente a un Javier Pastore que no ha aportado nada. Tanto el argentino como Justin Kluivert han perdido la confianza de su técnico de forma gradual. Mientras que el bomber del equipo, Edin Dzeko, ha sufrido lesiones y se ha mostrado irregular como el resto de la plantilla.
Di Francesco lo ha probado todo
Tras la exceso de altas y bajas de esta temporada, se puede decir que la pasada no fue un punto de partida, sino un oasis en pleno desierto. La juventud, inexperiencia y, en otros casos la falta de mentalidad y competitividad, ha hecho descender mucho el nivel del equipo.
El técnico italiano ha probado diferentes sistemas de juego buscando dar con la tecla correcta. Desde un 3-5-2 hasta su más habitual 4-2-3-1, pasando por 5-2-3 o 4-3-3. Sólo con el doble pivote y los tres mediapuntas ha conseguido dinámicas positivas. Di Francesco se ha ido consumiendo durante la temporada. El equipo ha perdido compromiso y experiencia, y no ha sabido ganar hambre de victorias. La situación ha llevado a generar inoperancia desde el banco, algo inaudito en la temporada anterior.
La sensación que tienen los tifossi romanistas es que, bien el proyecto no ha sido correctamente planteado y trabajado, o bien, que el error desde la secretaría técnica ha sido garrafal y fulminante para un equipo y una afición que deseaba luchar por títulos.
Después de los resultados y la imagen del equipo en Florencia, Oporto, o en el Derby della Capitale, y por supuesto, en toda la temporada, la salida de Di Francesco no se entiende sin la de Monchi, y viceversa. El fracaso conjunto ha llevado a la Roma a encontrarse rota en el mes de marzo.
Claudio Ranieri para enderezar el rumbo de la Roma
Con la segunda etapa de Claudio Ranieri en la entidad capitalina, la AS Roma debe intentar clasificarse para la próxima edición de la UEFA Champions League. Otra situación, sería un tremendo fracaso para el club. Por su parte, la prensa italiana ya busca inquilino para el banquillo romano de la próxima temporada. Suenan Conte o Gasperini para dirigir la squadra a partir de agosto, pero hasta entonces, De Rossi y sus compañeros tienen mucho trabajo.
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