Una de las grandes incógnitas de la historia en la NBA. Dos de los mayores talentos que aterrizaban en la NBA pronosticaban un proyecto muy ilusionante para los Portland Trail Blazers. Unido a la incorporación de LaMarcus Aldridge en el draft de 2006, el panorama llevaba al optimismo. Pero hay factores que no podemos controlar, y que pueden acabar con un futuro que parecía exitoso, como en este caso las lesiones, de Brandon Roy y Greg Oden.
Portland en la temporada 2005/06
Los Portland Trail Blazers eran un equipo en reconstrucción por aquel entonces. Con un roster que dejaba bastante que desear, trataban de mantener el rumbo en la liga liderados por el actual ala-pívot de los Sacramento Kings, Zach Randolph.
Siendo de los equipos con peor balance en la NBA, estuvieron entre las temporadas 2003/04-2007/08 sin entrar en PlayOffs.
Zach Randolph trató de liderar el nuevo proyecto y esperar a los jugadores procedentes del draft para hacer un equipo más completo y con aspiraciones, por lo que las selecciones de 2006 iban a marcar el devenir de los próximos años de los Blazers.
Draft de 2006: llegada de Brandon Roy y LaMarcus Aldridge
Llegó el momento en el que Portland tenía que dar un golpe sobre la mesa. Los Blazers fueron los auténticos protagonistas por los «robos» que hicieron en la noche del draft.
Eligieron en cuarta posición a Tyrus Thomas, al que traspasaron junto a Viktor Khryapa a los Chicago Bulls por una segunda ronda del 2007 y por el número 2 del draft y actual líder de los San Antonio Spurs, LaMarcus Aldridge. Viendo la trayectoria de cada jugador, confirmamos el primer robo en favor de los Blazers.
En el número 6, los Minnesota Timberwolves eligen a Brandon Roy, el cual se marcha a los Portland Trail Blazers y llega Randy Foye vía Celtics, elegido en el número 7.
En un draft donde el número uno fue Andrea Bargnani, fueron los claros ganadores de aquella noche, y tienen a dos de los jugadores con mayor proyección de futuro de la manada de jóvenes que viene a comerse la NBA.
En su primer año en la NBA, LaMarcus Aldridge pasó a un segundo plano, tapado por la sombra del líder de aquel equipo, Zach Randolph.
En cambio, Brandon Roy dió un salto de calidad a la plantilla, siendo elegido como Rookie del Año, con una media de 16.8 puntos en 57 partidos que jugó durante la temporada.
La carrera de Brandon Roy
A su título individual le siguieron en los próximos tres años consecutivas apariciones en el All-Star Game en la Conferencia Oeste.
En las dos siguientes temporadas los Blazers consiguen más de 50 victorias (54-28 2008/09 y 50-32 en la 2009/10), y alcanzan los PlayOffs por primera vez después de 5 temporadas.
A partir del tercer año de Roy, donde el progreso que se esperaba del equipo se está llevando a cabo, sufren el primer contratiempo, con la lesión del escolta. Sufrió una contusión en el hueso de la rodilla derecha, que afectó a los cartílagos de la propia rodilla, intervenido con una artroscopia en ambas rodillas en 2011, 9 meses después de que se lesionara.
Regresó en el tramo final de la temporada, pero ya no era aquel Brandon Roy que lideró las estadísticas de anotación y que llevaría a los Blazers a codearse con los mejores equipos de la liga. Pasó a ser un hombre de segunda unidad para Nate McMillan.
Aquellas temporadas en las que Brandon Roy nos maravilló a todos fueron asombrosas. Los 52 puntos a Phoenix en 2008, tener récords de anotación en el último cuarto junto a jugadores como LeBron James o Kobe Bryant. Era un auténtico regalo verle jugar.
Difícil de olvidar es la eliminatoria de PlayOffs contra los Dallas Mavericks, que lideraban 2-1 la serie. Y en el tercer cuarto del cuarto partido, cuando iban 23 puntos abajo, resurgió el líder que todos esperábamos. Roy anotó 18 puntos en el último período para cumplir la machada que nadie esperaba que ocurriese y empatar la serie.
Su IQ del baloncesto era extraordinario. Siempre estaba seguro de lo que hacía, era el más listo de la cancha y sabía qué hacer en cada momento, dependiendo de lo que requiriera el partido.
¿Qué hubiese ocurrido de no haber sufrido aquella lesión, y seguir al mismo nivel durante más años, incluso a día de hoy? ¿Hablaríamos de un miembro del Hall of Fame? El tiempo lo hubiese dicho. Lo que sí está claro es que habría marcado una etapa en la NBA.
Pero las rodillas de Brandon Roy se fueron degenerando cada vez más. El cartílago desaparecía entre los huesos de sus rodillas, y no podía seguir jugando al baloncesto. Por lo que los peores presagios se cumplieron. El escolta de los Blazers se retiró antes del lockout de la temporada 2011/12.
El Draft de 2007 y la llegada de Greg Oden
Número 1 del Draft de 2007, el pívot procedente de Ohio State venía con el cartel de ser un jugador que marcase la diferencia. Todos los que le vimos en la Universidad de Ohio sabíamos que iba a ser uno de los mejores pívots en la NBA, pero ¿quién no lo hubiera pensado?
Los 15.7 puntos, 9.6 rebotes, 3.3 tapones por partido en 28.9 minutos en Ohio State muestran su dominio. El propio Steve Kerr afirmó que «es un jugador que ves una vez cada década».
Jugó los 82 partidos con los Blazers, en los que únicamente superó los 30 minutos en 11 de ellos, promediando 15.3 puntos, 11.9 rebotes y 2.3 tapones por partido. Nada mal para tener 22 años.
En 2009, frente a los Houston Rockets, Greg Oden comenzaría su regresión en la NBA con una lesión en la rodilla izquierda, que le obliga a enfrentarse a una segunda intervención quirúrgica, por lo que se pierde el resto de la temporada.
La tormenta no paró, perdiéndose las tres temporadas posteriores, y siendo cortado por los Blazers después de una cuarta temporada que dejó bastante que desear.
Muchos, después de su último año en Portland y sus posteriores apariciones en Miami Heat, incluiríamos a Greg Oden como uno de los peores números 1 de la historia de la NBA.
Es frustrante ver como un jugador con el potencial de Oden acaba de esa manera su carrera en la mejor liga del mundo. Estuvo condicionado por la lesión de rodilla, y no como otros jugadores como Bargnani el año anterior, que sí que defraudaron por el juego mostrado, siendo para mí peores números 1 que Greg Oden.
Un debate derivado del problema de Oden, es el del número 2 de aquel draft, que no es otro que Kevin Durant, elegido por los Seattle Supersonics. ¿Qué hubiera sido de ese equipo con Brandon Roy, Kevin Durant y LaMarcus Aldridge?
Los Blazers de Aldridge
Tras la retirada de Brandon Roy y Greg Oden, los Blazers tuvieron que reconstruirse, liderados por el último hombre de aquella generación del draft, LaMarcus Aldridge, que alcanzó su mejor momento como jugador en aquel equipo que, años después, gracias a Gerald Wallace y su marcha a los Nets, se hicieron con la sexta elección del draft de 2012, para elegir a su actual jugador franquicia, Damian Lillard.
Fracaso de dinastía
Fue una verdadera lástima ver cómo podía haber surgido una dinastía después del draft de 2007, con unos Blazers al alza. Un equipo joven, plagado de talento, y la veteranía de Zach Randolph, que dejó paso a Aldridge.
La capacidad de dirección y liderazgo de Brandon Roy, los múltiples recursos de LaMarcus Aldridge y el dominio bajo tableros de Greg Oden. Todo estaba listo para funcionar y dar paso a unos años que se antojaban divertidos en Oregon. ¿Qué podía salir mal?
Por desgracia, las lesiones se cebaron con dos de ellos, y por suerte pudimos disfrutar de la etapa de LaMarcus Aldridge, que llegó a su punto álgido con la franquicia junto a Damian Lillard, y que a día de hoy seguimos disfrutando de sus actuaciones en los San Antonio Spurs, demostrando que ha potenciado las cualidades que le llevaron a ser número dos del draft de 2006.
Estamos ante un equipo que podría haber competido perfectamente con los Lakers de Kobe y Gasol, o los Celtics y su particular «Big Three», y a los Miami Heat de LeBron, Wade y Bosh. Aroma a anillo de campeón en Oregon que no obtuvo su particular premio.
¿Será capaz Damian Lillard de hacer lo que no hicieron Brandon Roy, Greg Oden y LaMarcus Aldridge?