Todos hemos sido niños, aunque algunos a veces se sorprendan al pensar en ello. Y todos hemos sido chavales de 13, 14 o 15 años que han estado muy aburridos en clase. Y, probablemente, si estáis leyendo esto, en estos momentos de aburrimiento dejabais fluir la imaginación, llevándoos por distintos páramos, muchos relacionados con el baloncesto: que os llamase un gran equipo para jugar y os sacase de clase, que tuvieseis la posibilidad de jugar en la ACB algún día, que reconocieran vuestro talento… Normal. Pues esta situación era con la que los niños del colegio «Badalonés» (de Badalona, Cataluña) tenían que lidiar todos los días, ya que era habitual ver entrar en clase a ayudantes de Aíto García Reneses, y que pidiera que saliera un niño de clase. Siempre el mismo. Y ya os imaginaréis quién es. Por lo tanto, hoy analizaremos su carrera, hoy analizaremos la carrera de Ricky Rubio. Conocido como «El niño maravilla».
Todo se remonta al año 2005. En ese momento Ricky estaba a unos meses de cumplir los 15 años, y se encontraba viendo un entrenamiento del primer equipo del DKV Joventut, cuando Aíto se fijó en él, y le dio la posibilidad de entrenar con ellos. Entonces llegó la primera jornada de liga el 15 de octubre de 2005. Rubio viajó a Andalucía con el equipo, y la cancha del CB Granada vivió un momento histórico, ya que a los 9 minutos de empezar el partido, un tal Ricky Rubio, que para la mayoría no era más que un chaval con mucha suerte, entró en el campo, convirtiéndose en el jugador más joven en debutar en la ACB, con 14 años, 11 meses y 24 días. Al final de esa temporada, «La Penya» será campeona de la FIBA Eurocopa.
En los tres años siguientes su juego, unido al de gente como Rudy Fernández (por aquel entonces un chaval de 21 años), Marcelinho Huertas o Pau Ribas (19 años), creció exponencialmente logrando el premio al jugador revelación de la ACB, ser incluido en el Quinteto Ideal de la Liga (el más joven, como no, en conseguirlo), la Copa del Rey, participar en la Euroliga… aunque ya empezaba a arrastrar problemas de una lesión en los JJOO de Pekín. Tras todo este éxito, y con la edad para poder ser escogido, se presenta al Draft de 2009 (como mencioné en mi entrada sobre los Warriors) donde le elegirán los Minnesota Timberwolves. No dará el salto, ya que el DKV no quería rebajar su cláusula (muy elevada), y se quedará en la ACB dos años más, aunque no le permitían seguir jugando en el equipo. Se mudará al enemigo del conjunto verdinegro, se marchará al FCBarcelona. Y ahí es donde Ricky se consagrará.
En dos años con los blaugranas (2009-11) ganará, de manera colectiva, la Euroliga, la ACB, la Copa del Rey y la Supercopa de la Liga. es decir, coleccionará en dos temporadas todos los grandes títulos que un equipo puede conseguir. Y de manera individual será galardonado con el premio al mejor jugador joven de Europa, el mejor base de la Liga, el premio al «Jugador más espectacular de la temporada» y tiene el récord de ser el jugador más joven en llegar a los 1000 puntos en la ACB.
En junio de 2011 hará pública su decisión de vivir en el frío de Minnesota, debutando el día después de Navidad, el 26 de diciembre. Esa temporada logrará llevarse el premio al «Rookie del mes» de la Conferencia Oeste en enero tras promediar 11 puntos, 5 rebotes, 9 asistencias y 2 robos, demostrando su versatilidad desde un primer momento. Para su mala suerte, en marzo tendrá un choque con Kobe Bryant y sufrirá una ruptura de ligamentos en su rodilla izquierda, lo que le tendrá alejado de las pistas hasta diciembre, hecho que no le impedirá ser escogido en el mejor quinteto Rookie de la NBA. Esta lesión provocará recaídas futuras, que le mermarán la confianza, no le permitirán coger regularidad, llegar a su verdadero nivel de juego… hecho que sí conseguirá en esta última temporada.
En la 2016-17 Ricky se enfrentaba a la llegada de un nuevo entrenador (Thibodeau) y la amenaza de Kris Dunn de quitarle el puesto de titular, por lo que sus números y su juego, sobre todo en la última parte de la temporada, se elevarán considerablemente. Y esto se puede ver en sus estadísticas: en la temporada 15-16, Ricky promedió 10 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes; en la 16-17, un punto y una asistencia más. Pero el cambio más drástico se ve en la propia temporada. Antes del All-Star estaba promediando 9 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes, con un 38% en tiros de campo y un 28% en porcentajes de tiro. Después del All-Star, 16 puntos, 10 asistencias, 4 rebotes, y un 42% en TC y un 35% en T3.
Y aunque las estadísticas han crecido, lo importante son las sensaciones, la forma de jugar de Ricky Rubio. Ya que empieza a parecerse, tras 6 temporadas en la NBA, a ese joven base que iba a dominar la Liga. Y jugando como jugó después del All-Star, puede ser importante en un equipo con más aspiraciones que los Timberwolves pre Jimmy Butler. Si sigue tirando con confianza, soltándose, sin miedo, defendiendo con las garras puestas, y yendo a morder… puede ser un hueso duro de roer para los grandes bases de la Liga. Habrá que seguir a Utah esta temporada. Hay que ser testigos de los primeros PO de Ricky… o eso esperamos. Tras 6 años, ya va siendo hora. Se los merece.
Hay que dar todo el mérito a que un español vaya y además dispute muchos minutos en la NBA, más si cabe en el puesto de base, sin embargo mentiría si dijese que Ricky es el base que yo me imaginaba que llegaría a ser. Es un buen jugador, siempre lo fue, pero apuntaba a más, a muchísimo más. Saludos.