Rob Dillingham forma parte de un grupo de jugadores cuyo rango de posición en el Draft es muy amplio. Tan factible es que un equipo apueste por él entre los cinco primeros seleccionados como que acabe saliendo de las posiciones de lotería.
El exterior natural de Carolina del Norte completó su último año de formación previo a la universidad en Overtime Elite, donde dio muestras evidentes tanto de su talento como de unas carencias habituales en perfiles como el suyo.
Antes, había pasado por dos diferentes academias. Ha disputado su único año colegial en la prestigiosa Kentucky, entrenado por John Calipari y acompañado de otro gran proyecto como Reed Sheppard.
Cómo juega Rob Dillingham
Explosivo, creativo y atrevido, Dillingham ha ejercido de revulsivo de lujo en su única temporada con los Wildcats. Su impacto ha sido tal que le ha sido otorgado el premio al Sexto Hombre del Año en la Southeastern Conference.
Sus 185 cm de altura y 191 cm de envergadura, además de sus únicamente 75 kg de peso, han generado dudas desde el Draft Combine, pero el talentoso jugador ha sabido demostrar que ese físico liviano puede acabar siendo un problema para las defensas NBA.
Si se habla de revolucionar partidos y anotar canastas inverosímiles desde posiciones exteriores, existen pocos como él en esta camada.
Cómo juega Rob Dillingham en ataque
El jugador de 19 años es extremadamente desequilibrante y resolutivo en el uno contra uno. Pese a su poca corpulencia, no tiene miedo al contacto y controla bien su cuerpo.
Tiene infinidad de recursos a la hora de finalizar, tanto en posesiones en estático como en unas transiciones en las que ataca el aro con mucha determinación —decisión que puede convertirse, en ocasiones, en arriesgada y precipitada—.
Puede hacer de su rapidísimo primer paso su mayor arma en territorio NBA, donde contará con muchos más espacios que en la competición universitaria, y convertir a la mayoría de interiores en víctimas fáciles de sus aclarados. También se encontrará cómodo atacando ventajas sobre bote y resolviendo con una habilidad destacada.
Al igual que ocurre con la mayoría de jugadores de esta generación, se intuye complicado proyectar a Rob Dillingham como generador primario en la mejor liga del mundo. Levanta la cabeza cuando bota, es creativo y pasa bien el balón —con un componente de riesgo que, eso sí, conviene mantener en su esencia—, pero le cuesta encontrar soluciones cuando juega acciones de dos contra dos y no se fabrica su tiro.
No es extraño verle abusar del bote sin generar ventajas, congestionando el ataque de su propio equipo. Puede ejercer de líder ofensivo de manera puntual, pero es bueno que le acompañe un creador más fiable.
Suele mostrar un nivel de actividad muy alto, especialmente cuando tiene la pelota en sus manos. Cuando es otro de sus compañeros quien maneja el esférico, él puede llegar a desentenderse un poco. No tiene demasiado interiorizado el juego sin balón, y lo ha pagado en más de una ocasión a lo largo del pasado curso.
Además de esa falta de responsabilidad táctica, su falta de peso también le ha podido jugar malas pasadas en este tipo de situaciones, no siendo capaz de recibir en posiciones cómodas tras contactar levemente con algún defensor.
El tiro en suspensión es una de las mayores armas de Rob Dillingham. Capaz de creárselo de forma autónoma, posee una fluida mecánica que completa mucho más arriba de sus 185 cm. Amenaza a tres niveles y se encuentra cómodo lanzando el triple tanto en catch & shoot como tras bote. Hace un buen uso de las fintas para deshacerse de sus defensores y castigar desde más allá del arco.
Y, todo esto, con una confianza a la altura de los mejores. No duda ni un segundo a la hora de ejecutar en transición, y raramente perdona. Lo tiene todo para convertirse en una máquina de parciales explosivos.
Cómo juega Rob Dillingham en defensa
Por perfil físico, como es lógico, la defensa de este jugador genera muchos interrogantes a nivel NBA.
Pese a ello, ha demostrado tener piernas para hacer un buen trabajo en el perímetro sobre balón. Reacciona rápido, y al igual que sucede en el otro lado de la cancha, no rehúye el contacto. Eso sí, puede sufrir mucho ante los exteriores más determinantes en aclarados.
Tiende a hacer demasiado uso de las manos y, por ende, a cometer un buen número de faltas —ha superado las 6 por 100 posesiones en su año en Kentucky—. Tampoco suele reaccionar rápidamente cuando se ve superado, castigando a su propio equipo al no realizar las rotaciones pertinentes. Puede ser presa fácil en acciones de bloqueo directo, pues ni los pasa bien ni puede permitirse cambiar para defender al grande.
No es un gran defensor lejos del balón. Sus ayudas desde el lado débil son poco condicionantes o, en ocasiones, inexistentes. Son habituales sus despistes y su poco compromiso a completar las rotaciones.
Al igual que en los directos, lo hemos visto quedarse atrapado en cientos de bloqueos indirectos. Por físico y concentración, también pierde muchas oportunidades de atrapar rebotes defensivos.
Principales puntos fuertes de Rob Dillingham
Rob Dillingham destaca por su:
- Actitud y agresividad ofensiva.
- Manejo de balón y capacidad de atacar el aro.
- Lanzamiento en suspensión. Amenaza a tres niveles.
- Habilidad para romper partidos.
- Creatividad con balón.
Principales puntos débiles de Rob Dillingham
Rob Dillingham debe mejorar en:
- Perfil físico frágil.
- Cierto componente de riesgo en ataque.
- Falta de concentración sin balón en ambos lados de la cancha.
- Defender el 1 vs 1 sin faltas.
- Defensa del bloqueo directo.
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