Comparaciones odiosas entre futbolistas: «nuevo Ronaldinho», «nuevo Zidane»…

El cerebro humano tiende a comparar. Comparamos para conocer las dimensiones de un determinado objeto en relación a otro, comparamos para saber si algo es barato o es caro. Forma parte de nuestra naturaleza. En el fútbol también. Hoy repasamos algunas comparaciones realmente odiosas entre futbolistas.

En el caso del fútbol, unas veces estas comparaciones posibilitan que la copia pueda ponerse a la altura del objeto inicial, como Xavi Hernández, al que comparaban desde que era un cadete con Pep Guardiola, o como David Silva, que por sus orígenes y posición en el campo siempre estuvo ligado a la figura de Juan Carlos Valerón. En otras ocasiones las comparaciones, vistas desde el prisma de juicio que nos da ese juez inapelable llamado tiempo, son odiosas.

Comparaciones odiosas entre futbolistas

El parecido físico, el origen del jugador o bien un determinado “tic” son suficientes para que un recién llegado sea bautizado como “el nuevo…x”, un apelativo tan esperanzador para el chaval como peligroso, como en los casos que vamos a ver a continuación.

Gio Dos Santos, «El nuevo Ronaldinho»

Estrenamos el reportaje con el mexicano. Gio, de padre brasileño, fue comparado con el genial mediapunta carioca en sus inicios en la cantera del F.C. Barcelona. Gio llegó al Barça después de proclamarse campeón del Mundial sub-17 con México en el que es todavía hoy el hito más grande cosechado por los aztecas a nivel de selecciones. Reunía todos los factores para hacer aparecer dicha comparación: demarcación parecida, orígenes similares, mismo club… y hasta un parecido físico notable.

Tras unas decepcionantes temporadas en el conjunto catalán sería traspasado al Tottenham donde viviría un auténtico infierno. Privado de minutos y ya sin la aureola del «nuevo Ronaldinho» pasaría por Ipswich Town y Galatasaray, antes de regresar a LaLiga con el Racing de Santander. Tras un buen paso por el Mallorca y desempeñar un papel importante en el Villarreal de Marcelino, firmó con Los Angeles Galaxy de la MLS. En definitiva, un buen jugador pero cuyo talento anda bien lejos del gaúcho.

Fernando Gago, «El nuevo Redondo»

El propio Gago siempre reconoció a Fernando Redondo como un modelo en el que fijarse, alguien a quien imitar para llegar a lo más alto. Lo cierto es que durante años le funcionó, desde juveniles la cantinela del “nuevo Redondo” se escuchaba a gritos desde la Argentina. Su juventud y buen hacer en las inferiores de la albiceleste le llevaron al Real Madrid, previo pago de algo más de 10 millones de euros a la salud del controvertido Ramón Calderón.

Fernando Redondo con el Real Madrid

Lo cierto es que no empezó mal, sus andares elegantes, pelo largo y su armoniosidad en el pase recordaban al Redondo que hizo historia como madridista… pero nada más lejos de la realidad. Después de 4 temporadas plagadas de problemas con las lesiones y tras comprobar que su calidad andaba muy lejos de su ídolo se marchó a Roma, donde fracasó, al igual que en Valencia. Volvería a Boca para retirarse.

Román Martínez, «El nuevo Riquelme»

Empieza el rock&roll. Ambos presumen de ser el típico enganche argentino, comparten origen, demarcación y hasta nombre, motivo suficiente como para que algún «iluminado» viese en Martínez algún vestigio de la calidad de Juan Román Riquelme.

Un buen cartel en el fútbol sudamericano merced a sus actuaciones con el modesto Tigre le llevaron al Espanyol de Barcelona, donde 30 partidos después fueron incapaces de encontrarle una demarcación aprovechable, por lo que acabó cedido en el Tenerife, equipo con el que descendió esa misma temporada. Quien esperase una pisadita típica del Román bueno se daría con un canto en los dientes. El año siguiente regresó a Tigre, luego firmó por Estudiantes de la Plata, Lanús, Deportivo Morón y San Lorenzo de Almagro.

Cristiano Lucarelli, «El nuevo Vieri»

Tras unos prometedores inicios en el Atalanta llegaría a Valencia en la 98-99, una era en la que merodeaban por la capital del Turia jugadores de la talla de Sabin Ilie o Dennis Serban, entre otros. Aterrizó con la vitola del “nuevo Vieri” y con un mote que daría mucho juego entre los jocosos aficionados valencianistas: el «Toro de Livorno». Llegó a tierras levantinas justo una temporada después de aquella en la que “Bobo” hizo un gol por partido con la camiseta del Atlético de Madrid y cualidades las tenía todas: delantero tosco, de supuesto buen remate, con un físico de altura… e incluso la misma poca inteligencia.

Tras el fiasco que supuso su rendimiento en Valencia, lo cierto es que el bueno de Lucarelli logró enderezar su carrera, hasta convertirse en capocanonnoniere del Calcio en la temporada 2004/2005, lo que le llevó incluso a debutar con la azzurra de la mano de Marcello Lippi. Tras pasar por infinidad de equipos (Parma, Napoli, Torino, Livorno, Shaktar…) quedó claro que si bien logró un rendimiento decente durante algunas etapas de su carrera, su nombre viene asociado más a sus ideales de extrema izquierda (atención al vídeo) que a sus goles y que, por supuesto, su comparación con Vieri le queda muy muy lejos.

Richard Witschge, «El nuevo Cruyff»

Empiezan los atentados. La cantera del Ajax, la misma que vio nacer al 14 más famoso de la historia del fútbol, engendraría a su vez a Richard Witschge. Compartía prácticamente todas las características físicas del bueno de Johan: esbelta figura, piernas finas, larga cabellera rubia y hasta el hecho de ser zurdo cerrado. No tardaron los ojeadores europeos en fijarse en esta perla neerlandesa del Ajax, equipo con el que Witschge llegó a ganar incluso la Champions League acompañado de otros grandes jugadores como Edgar Davids o Clarence Seedorf.

Su siguiente paso no podía ser otro que el F.C. Barcelona, donde el propio Cruyff  le catalogaría como el «mejor 10 de Europa»(?). Unos pocos partidos fueron suficientes para ver que el amigo Richard era un jugador del montón, sin físico para jugar en una gran liga ni calidad suficiente para marcar diferencias. Sin una demarcación clara y con abundantes problemas físicos, acabó deambulando por el Girondins de Burdeos, Blackburn Rovers, Ajax en dos etapas más y Alavés, donde no guardan un buen recuerdo de él. Una carrera tan irregular como la suya no podía concluir sin un dulce retiro en las filas del Oita Trinita japonés.

Dragan Ciric, » El nuevo Mijatovic»

Ciric destacó desde muy joven en las filas del Partizan de Belgrado, equipo con el que dominaría la Prva Liga en cuatro de sus cinco años allí. Coincidió siendo muy joven con una de las mejores camadas de la extinta selección de Yugoslavia, en la que pululaban bichos de la talla de Stojkovic, Mihajlovic, Djukic, Kovacevic y la joya de la corona, Pedrag Mijatovic, con el que sería comparado durante toda su adolescencia.

El Barça se adelantó a otros grandes clubes europeos y cerró el fichaje del nuevo Pedja. A pesar de la premura del club blaugrana, Ciric sólo permanecería dos años en la entidad barcelonista, donde no le recuerdan ningún regate similar a los que por entonces hacía su compatriota Mijatovic en el Real Madrid y cuyo único rasgo parecido correspondería al (mal) uso de la gomina en su pelo. Tras fracasar en AEK de Atenas, Valladolid y Partizan de Belgrado, lastrado por un físico endeble y una ubicación poco clara en el campo, se retiró.

«Llegué demasiado joven, por primera vez estaba fuera de mi país y también existía un competencia muy fuerte. En mi posición había muchos jugadores de primera clase. Pero el Barça me ayudó mucho y quedó en mi corazón para siempre». Palabras de Ciric, que ahora regenta un restaurante español en Belgrado.

Elvir Baljic, «El nuevo Rivaldo»

Elvir Baljic con la camiseta del Madrid
Elvir Baljic con la camiseta del Madrid

Lo hubiesen podido comparar con muchos jugadores, sin embargo eligieron al mejor futbolista de aquella época. Mientras el brasileño ganaba ligas para Louis Van Gaal, Lorenzo Sanz se empeñó en complacer a su técnico, el galés John Benjamin Toshack, con el fichaje del bosnio, eso sí, bajo un coste que todavía nos sigue asombrando a día de hoy: más de 5.000 millones de las antiguas pesetas.

Previamente Baljic había triunfado en las filas del FK Sarajevo, Bursaspor y Fenebahçe, consiguiendo un buen número de goles a pesar de jugar tirado a banda izquierda, tal y como lo hacía el ilustre Rivaldo. Se dijo que su zurda nada tenía que envidiar a la del carioca, sin embargo no pasó de jugar 11 partidos con el Real Madrid, suficiente para ver que su talento estaba a años luz del astro brasileño. Una terrible lesión que le alejó de los terrenos de juego durante más de un año fue la puntilla para la carrera del bosnio, que tras pasar por un buen número de clubes (entre ellos el Rayo Vallecano, con el que formó la curiosa pareja de ataque Bolic-Baljic) nunca llegaría a recuperar su anterior nivel.

Javier Portillo, «El nuevo Raúl»

Si había un canterano que podía abrirse paso en el Real Madrid de los galácticos, ése era Javier Portillo. Máximo goleador de la historia de las categorías inferiores del club blanco gracias a más de 700 goles , era la gran esperanza blanca. Un golazo al Panathinaikos en su debut en la Champions (ver vídeo) le sirvió para ponerle en órbita y para que el Santiago Bernabéu le jalease cada vez que entraba al campo durante temporada y media.

Delantero de área, con la calidad justa pero una raza y una pierna izquierda con cierto arte que llegaron a comparar con la de Raúl, fue el ojito derecho de los técnicos de la casa blanca durante muchos años, hasta que la falta de progresión y el gran nivel de la primera plantilla acabaron por hacerle caer en el olvido. Sus improductivas cesiones en equipos europeos de la talla de la Fiorentina o el Brujas le hicieron bajar un peldaño, hasta el Nástic de Tarragona, con el que anotó 11 goles en Primera División. Desde entonces ha jugado para U.D. Las Palmas, Osasuna y Hércules, donde se retiró, ya lejos de la sombra del 7 blanco, una comparación que jamás debió existir.

Robinho, «El nuevo Pelé»

Una de las comparaciones más odiosas que se recuerdan. Jugadores con idéntico origen (Santos) y máximos representantes del fútbol canchero y preciosista de Brasil. El proclamado mejor jugador de la historia nunca había tenido un sucesor más claro, incluso el propio Pelé lo llegó a bautizar como tal.

Sus pedaladas mientras lideraba el Santos dieron la vuelta al medio mundo, hasta ser considerado un claro proyecto de Balón de Oro a medio plazo. Jugador de piernas livianas, estrecho de caderas y poca velocidad punta, llegó al Real Madrid rodeado de glamour y previo pago de algo más de 25 millones de dólares. Tras un enorme debut en Cádiz pronto llegarían las pegas para el carioca, al que los preparadores físicos del Madrid trataron por todos los medios de convertirle en un jugador más musculado y preparado para la alta competición.

Salió del club blanco por la puerta de atrás para marcharse al Manchester City, equipo con el que buscaba según sus propias palabras “ser el mejor jugador del mundo”. Lo cierto es que dos años después sus huesos dieron de nuevo en el Santos, donde coincidiría con Neymar, y más tarde acabaría jugando en un envejecido Milan, ya sin la chispa y el buen 1×1 que le caracterizaba. Ahora pertenece al Estambul Başakşehir de la Superliga de Turquía.

Faubert, «El nuevo Zidane»

No sabemos en qué perversa mente nacería dicha comparación, pero lo cierto es que existió… y aquí estamos para contarla. Faubert nunca ha pasado de ser un jugador de banda del montón, un futbolista polivalente cuya característica principal siempre fue su velocidad, un todoterreno de los que tanto abundan en las grandes ligas europeas.

A pesar de todo, sus paralelismos con Zizou son cuanto menos sorprendentes. Ambos debutaron en la máxima categoría del fútbol francés en el A.S. Cannes y ambos, curiosamente, tuvieron una idéntica segunda etapa, el Girondins de Burdeos. Fue precisamente en su etapa en Burdeos cuando Raymond Domenech, ese seleccionador aficionado al tarot, le dio la oportunidad de debutar como intenacional bleu con el dorsal número 10 de Zidane, que acababa de retirarse.

El sucesor de Zizou se llegó a leer en algún titular. Pobres infelices. Faubert siguió su carrera en el West Ham para posteriormente recalar en el Real Madrid que acababa de abandonar ¿adivinan quien? Sus 53 minutos con la zamarra blanca no los recuerda nadie, pero su siesta en el banquillo (ver vídeo) en pleno Real Madrid-Villarreal todavía colea en la memoria de los aficionados al fútbol. No sabemos si las portadas de los periódicos que anunciaban la llegada del «nuevo Zidane» habrán sido destruidas y enterradas de por vida, pero lo que sí sabemos es que no ha habido ni habrá comparación más odiosa. Por cierto, Faubert sigue en activo, actualmente milita en el Borneo F.C. de la Liga 1 de Indonesia.

¿Estás de acuerdo con el ránking? ¿Crees que nos hemos dejado alguna más?

2 comentarios en «Comparaciones odiosas entre futbolistas: «nuevo Ronaldinho», «nuevo Zidane»…»

  1. Muy divertido el artículo. Hay gente de la que ya ni me acordaba. Y es que las comparaciones siempre han sido odiosas, y las ganas de vender de algunos periódicos no tienen límite. Ha todos estos futbolistas los bautizaron los periodistas de turno, y la verdad que no les favorecieron en nada. Un saludo y Felices Fiestas a todos.

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  2. Hace unos cuanto años pululaban por Europa un chaval que se llamaba Nico con su hermano, que iban ofreciéndose. El chaval era un crack, pero no he vuelto ha saber ya nada mas. ¿Alguien sabe algo de su paradero?

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