Cambio generacional en la Real

A principios del pasado mes de abril supimos que Xabi Prieto, emblema de la capitanía realista desde la retirada de Mikel Aranburu, colgaría las botas al concluir la temporada. A lo largo de esta semana, en cambio, la Real Sociedad comunicaba que Carlos Martínez también dejaría de pertenecer a la primera plantilla.

En enero, Carlos Vela hizo las maletas hacia la MLS e Iñigo Martínez, a las filas del eterno rival. Esto supone que la Real Sociedad quedará sin tres de sus cuatro capitanes cuando llegue junio.

Aquella generación que se encargó que llevar al equipo desde Segunda División a la Champions League, se va diluyendo. Solo quedarán Zurutuza, Agirretxe y De la Bella de aquel once que hizo que la Real volviera al lugar que debe ocupar.

Xabi Prieto y Carlos Martínez
Xabi Prieto y Carlos Martínez durante la recuperación de sus lesiones.

El futuro de la Real Sociedad tras la marcha de Xabi Prieto y Carlos Martínez

A mi entender, para poder rendir sobre el tapete de juego, debe haber disciplina, compromiso y unión dentro del vestuario. Para ello, las diferentes generaciones que configuran una plantilla deben compenetrarse de manera natural. Los relevos entre los referentes dentro del vestuario, necesariamente tienen que ser periódicos, y no deben suponer lagunas.

Las bajas de Xabi Prieto y de Carlos Martínez son muy sensibles a este respecto. Todos los compañeros que han sido preguntados por estas dos figuras siempre han resaltado la profesionalidad de ambos. Por tanto, saber que no volveremos a ver la elegancia y la lucidez de Xabi, o la melena al viento y los regates a trompicones de Carlos, apena.

Pero el vacío que pueden llegar a dejar de puertas para adentro acaso debería preocuparnos más. La gestión deportiva no solo ha de comprenderse en incorporar a jugadores de calidad, o en mantener a los mejores. Tal vez los que no brillan tanto sobre el césped hacen que otros brillen lo que lo hacen. Creo que debería ponerse más énfasis en analizar la importancia del papel que cumplen este tipo de perfiles. Figuras como Illarramendi o Mikel Oyarzabal parecen los encargados de relevar generacionalmente a aquella hornada de jugadores. Ellos asentaron los cimientos de la estructura actual, hace ya casi ocho años.

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