En el verano de 2019, en el que una de las clases de Draft más completas y cargadas de los últimos años entró en la NBA, se cumplieron al mismo tiempo 15 años del que puede ser, con casi total seguridad, una de las mejores generaciones (top-3) de jugadores de la historia de la NBA, Draft del 2003. Y para recuperar y recordar esta clase de novatos, haremos un recuento de los jugadores más importantes, destacando sus logros, sus méritos, y la importancia que ha tenido cada uno para la historia de la competición.
«The King» James, «Flash» Wade, Carmelo, y Chris Bosh («momentáneamente» retirado) son los cabezas de cartel de una camada que cuenta con actores secundarios tan importantes como Kirk Hinrich (hasta la llegada de D-Rose, titular indiscutible en Chicago), David West, Leandro Barbosa o Boris Diaw. Además, destaca también la elección de los Detroit Pistons, que esperaban que Darko Milicic fuera más pólvora para el equipo que sería campeón de 2004, pero que quedó en un jugador que fue eternamente «carne de traspaso» y uno de los mayores «bust» en un Draft por un equipo: tan solo hay que imaginar por un momento a Wade, Melo o Bosh en aquellos Pistons de Billups, Ben y Rasheed Wallace, Prince o «Rip» Hamilton, ya que fue elegido antes que ellos.
LeBron James: el rey del Draft del 2003
Y como era obvio, es imposible empezar un análisis del draft del 2003 sin hablar, en primer lugar, de su mejor jugador (y probablemente del mejor de lo que va de siglo).
Desde que entró a la NBA es el jugador que más partidos ha jugado, el líder en puntos, con más de 31000, está a una temporada de superar a Michael Jordan y a unas 4 (2000 puntos por año, 25 por encuentro, aunque podría llevarle un poco más) de ser el líder histórico de anotación de la NBA. Y además, también lidera los minutos jugados, la estadística del «PER», y en «Win Shares«, que son las victorias del equipo a las que influye el jugador, siendo el único en superar las 200 desde que empezara a dominar en Ohio.
Además, tiene un «club histórico» propio al ser el único jugador con más de 30000 puntos, 8000 rebotes y 8000 asistencias en toda la historia, estadísticas que le dan una media de 27, 7 y 7 respectivamente en la carrera. Y para mostrar cómo LeBron cierra círculos y completa secuencias con sus logros, es a la vez el jugador más joven y el más viejo en promediar 2000 puntos, 500 rebotes y 500 asistencias en una temporada, lográndolo en su segundo año y en este último. Y sus 3 anillos, 4 MVP’s, y uno de los mejores perfiles de PlayOff que existe, le completan, ya que cuando llega la post-temporada, y LeBron se transforma, «amazing things start to happen» como se suele decir. Series (y finales) completas con triple-doble, más de 35 puntos de promedio en 2009, y una media de 42 minutos por partido. 42 por partido, todos los años. Y no se cansa, y todo esto va para muchos años más.
Pero puede que el logro más espectacular de todos se diera en el año 2007, cuando llevó a uno de los equipos menos talentosos de siempre a las Finales (teniendo en cuenta quiénes eran sus compañeros el resultado no importa), con actuaciones vitales en los últimos 4 partidos en las Finales de Conferencia para remontar un 0-2 en contra de los Pistons, a los que «enterraría» de manera definitiva en 2009 (y hago referencia al dato que di hace un momento).
Carmelo Anthony, puntos y más puntos
En toda la historia de la NBA solamente ha habido tres ocasiones en las que el premio a Rookie del Año ha sido repartido de manera compartida: en la 99-00 fue para Elton Brand y Steve Francis, en la 94-95 con Grant Hill y Jason Kidd, y en la 70-71 para Dave Cowens y Geoff Petrie. Pero eso no quita que no haya años en los que no se estuviera muy cerca de hacerlo, como puede suceder este año con Simmons y Mitchell, o como estuvo cerca de ocurrir en 2003, o incluso darlo únicamente para Carmelo.
Ya que aunque a día de hoy parezca que no, Carmelo llegó a estar a punto de «robarle» el logro a LeBron a base de promediar 21 puntos por encuentro en su año de novato, y es el segundo máximo anotador desde su entrada en la Liga, con 25300 puntos (y sumando), y ya está en el top-20 de anotadores históricos (calculando que anote 15 puntos más de media durante 2-3 temporadas podría llegar a entrar entre los 10 mayores anotadores de la historia).
Y para destacar y recordar su figura, tenemos que ser capaces de ver más allá de estas últimas 3 temporadas (la actual es la que más daño está haciendo a su figura) y darnos cuenta de que ha entrado 6 veces en un equipo «All-NBA» de manera casi consecutiva (de 2005 a 2013 se quedó fuera solamente dos temporadas); 10 veces All Star, siéndolo de manera ininterrumpida de 2010 a 2017; el tercer máximo anotador de la historia de Denver y también en minutos jugados; y el 7º máximo de los Knicks, habiéndolo conseguido en apenas 400 encuentros, con una media de 25 tantos por noche.
Vídeo con las canastas ganadoras de Carmelo Anthony en los Knicks
Y además, un fijo en ese ranking que hace Sports Illustrated cada año sobre los 100 mejores jugadores de la NBA, del que nunca ha bajado del puesto 40: 37 este año, 24 en 2017, 15 en 2016, y top 10 en 2015 y 2014. En definitiva, y aunque lo tengamos un poco olvidado, cuando se retire, y toda su carrera salga a colación, quedará lo importante, que es que Melo fue un jugador top durante 10 años (por lo menos) y uno de los mejores de su generación. Y puede que un nuevo «rey sin corona».
Dwyane Wade, de la noche de Miami al cielo de las leyendas
Si hay un jugador del draft del 2003 al que el tiempo le haya pasado especial factura (con Bosh el tiempo no ha tenido nada que ver) ese es Dwyane Wade. El escolta nacido en Chicago, y actual jugador de los Miami Heat (suena raro decirlo de esta manera, pero es que hace 2 meses no era así), cuenta ya con 36 años a su espalda (y en sus piernas) y media vida jugando al baloncesto «profesional». Y no solamente el paso de los años le ha afectado a su juego y a su rol (6º hombre de unos Heat que van 7º en el Este), ya que las lesiones que ha tenido (en especial de 2011 a 2015, con 81 partidos perdidos en 4 temporadas) le han ido mermando poco a poco su juego, y su físico.
Pero, y como siempre hay un pero, la historia es eterna. Y él, en Miami, es historia, y leyenda, eterna. Líder en partidos, minutos, todo tipo de intentos y aciertos de tiro (salvo triples), asistencias, robos, y puntos; no le falta casi ningún área estadístico propio de un base-escolta por liderar para ser considerado el mejor jugador de la historia de los Miami Heat (y en mi opinión, lo es). Y sus 3 anillos de campeón lo afianzan en el trono.
Además, siempre en la élite de la Liga, tal y como lo demuestran sus 12 participaciones en All Stars (todas seguidas), el haber sido incluido 8 veces en alguno de los 3 «mejores quintetos» de la temporada (con 2 ocasiones en el 1º), y ser top-10 en puntos, asistencias, y robos, entre todos los jugadores en activo.
Y si hay que destacar un momento de la carrera de Wade que demuestre lo que significa para la NBA, para los Heat y para el baloncesto en general, eso es lo que logró en 2006 (sí, con Shaq, pero un Shaq que tenía ya 33 años y empezaba a perderse partidos por lesiones): remontar un 0-2 en contra, darle el primer título de su historia a la franquicia de Florida, y llevar a cabo una de las actuaciones individuales en unas Finales más increíbles de siempre: 36 puntos de media (39 en las 4 victorias que valieron para remontar), 8 rebotes, 3 robos, y una media de 43 minutos por encuentro (50 en el 5º con prórroga, y 45 en el 6º sin ella). Una. Auténtica. Locura.
Chris Bosh, un ala-pívot adelantado al momento
Parece ser que el mundo NBA ha evolucionado. Ahora, todo grande ha de saber tirar desde fuera (o al menos tener una cierta seguridad desde el mid-range) porque de lo contrario, puedes caer en «desuso» y no ser útil en este baloncesto moderno. Y si no que se lo pregunten a Jahlil Okafor, o a Dwight Howard, aunque el último cada vez tiene más armamento desde la media distancia. Pero antes de que ver a interiores tirando triples a mansalva fuera la tónica general de la NBA, un tal Chris Bosh ya enchufaba triples como panes. Primero en Toronto durante siete años (un máximo de un 40% en la 07/08) y después en Miami, donde no solamente metía triples, con 255 en 6 años, si no que decidía con ellos.
Chris Bosh, que actualmente se encuentra retirado (quiere volver pero ningún equipo lo ve con la seguridad necesaria) debido a unos coágulos que se le formaron en los pulmones, es el jugador con más rebotes, tapones y «Win shares» de la historia de los Toronto Raptors, siendo además segundo en puntos y minutos jugados. Además, es el jugador con más 40+10 de los canadienses, sumando 5 encuentros, lo mismo que el total de la suma de los otros jugadores que lo han logrado. 11 All Stars, 1 segundo mejor equipo, y con numerosos galardones a Jugador de la semana a lo largo de su carrera, nos dan a entender que estamos ante un jugador que, aunque ya apunta a HoF, podría haber sido, y ser, leyenda de los de Toronto, y de los Heat. Y no sería mentira si dijéramos que ya lo es.
19 puntos, 9 rebotes, 1 tapón, un 34% en T3 y la sensación de que si se hubiera quedado en Toronto en vez de unirse al Big 3 de los Heat estaríamos hablando del mejor Raptor que ha jugado a este deporte jamás, ya que si observamos la temporada anterior a hacer las maletas y cambiar el Norte por el Sur, estaba en el punto más alto de su carrera, con 24 puntos, 11 rebotes y un 52+37+80 en porcentajes de tiro. Pero buscó el éxito colectivo, y fue el más perjudicado de los tres (a nivel estadístico). Aunque los dos anillos avalan el cambio.
En definitiva, el Draft del 2003 fue un Draft que tiene cuatro nombres propios espectaculares, que podrían ser números 1 en cualquier otro Draft, y que no está acabado todavía, porque a LeBron le quedarán 3 años (o 4) mínimo, a Carmelo de 2 a 3 (aunque con un rol más secundario podría llegar a un poco más) y a Wade también otros 2. Y como la pregunta puede que no haya quedado respondida… no, no supera al Draft de Hakeem, Michael Jordan, Barkley o Stockton, y puede que tampoco al de 1996, con Ray Allen, Nash, Allen Iverson o Kobe, pero sí es el mejor draft del siglo XXI, de manera indudable. Veremos si al final acaba siendo superado, y cuánto se tarda en conseguirlo.