La 14ª FA Cup, un cimiento sobre el que construir el Arsenal de Arteta

Un 20 de abril de 2018 Don Arséne Wenger anunció su marcha del Arsenal FC. Una noticia que dejó en shock a muchos gooners y que trajo alegrías a algunos otros. Tras ese anuncio, Arsenal movió su maquinaria para encontrar su sucesor. Se buscaba alguien que trajese sangre fresca pero que continuase la obra del creador, Wenger. La lista, de sucesores, era grande y en ella estaba un novato nacido en San Sebastián. Él era Mikel Arteta.

Arteta pasó 5 años como jugador del Arsenal, siendo el capitán del mismo club. Creció, como técnico, bajo el paraguas de Arséne Wenger y floreció siendo el segundo de todo un Pep Guardiola. Los astros estaban alineados para que Mikel Arteta fuese el sucesor de Le Professeur. Eso no llegó a ocurrir porque Arturo Canales contactó con Raúl Sanllehí para llevar a Unai Emery al barco gunner, dicho y hecho.

Diecinueve meses tarde

Ese es el tiempo que transcurrió desde que el Arsenal dejó tirado, había pre contrato acordado, a Mikel Arteta hasta que tuvo que volver a llamar a su puerta. Mikel tenía la opción del Everton o la de quedarse unos años más, en el City, y heredar el banquillo. Sin embargo, Arteta se enamoró del club el mismo día que Wenger le llamó, en 2011, para ser parte de él.

No pudo decir «no» y llegó para reflotar a un Arsenal a la deriva carente de capitán y líderes dentro del barco. Trajo sus ideas, filosofía y una forma de ser que ya impactaba como jugador, pero que ha deslumbrado como entrenador. Selló, poco a poco, cada grieta del barco y si bien aún queda mucho para que rinda a todo babor el rumbo está siendo el correcto.

La 14ª FA Cup como cimiento

La travesía no ha sido fácil para los gunners. Arteta llegó en diciembre y cuando el motor empezaba a carburar llegó la terrible pandemia. Parón de tres meses que no sentó del todo bien, en cuanto a resultados en la Premier League, pero que sí sirvió para que Arteta conectase más con sus jugadores y les diese indicaciones de cómo mejorar individual y colectivamente.

Mikel Arteta ganó la FA Cup con el Arsenal a los 8 meses de coger al equipo

Premier League a un lado, quedaba la carta de la FA Cup. La competición más antigua del mundo y en la que el Arsenal es un claro dominador. El camino no fue fácil, sobre todo en la parte final. Cuartos de final en casa del Sheffield United, semifinales contra todo un Manchester City y la final contra el Chelsea. Arteta adaptó a su equipo en cada una de las situaciones y estos se mostraron mejores que sus rivales en cada partido.

Mikel Arteta consiguió su primer título como entrenador 8 meses después de debutar como ello. Un título que, a parte de llevar al Arsenal a la Europa League, es un cimiento perfecto sobre el que edificar un proyecto serio y acorde a la idea y filosofía del Arsenal.

Confianza en el 3-4-3

Arteta tiene una idea, de juego y esquema, algo diferente a lo mostrado en esta FA Cup. Lo que demostró es que es un técnico que se adapta a las circunstancias y a los mimbres que tiene. Reforzó la mayor falencia, el apartado defensivo, colocando un 3-4-3 que se volvía 5-2-3 en defensa. Potenció, así, a sus centrales, no desprotegiéndolos y conformando un caparazón para rodearlos bien.

En ataque, el Arsenal fue menos generador, pero más clínico. El equipo partía desde un arma, la presión, que generaba el error rival. De ello vinieron algunos goles y de ello el Arsenal fue más reconocible. Después todo quedó en esa especie de dado con los puntos de un 5. Auba y Pépé en bandas con Lacazette de falso 9 y el pivote Xhaka-Ceballos por detrás.

Aubameyang y Pépé desde el ancho tenían total libertad. Lacazette, de falso 9, se usaba como pivote y primer jugador en la presión. Para Ceballos hubo un papel inédito en su carrera, pivote. Le costó, pero se volvió jerárquico. Xhaka, recuperado para la causa, fue la extensión de Arteta en la cancha.

Pierre-Emerick Aubameyang

Puede que no hayan sido cambios muy reseñables, pero cambiaron totalmente la cara del Arsenal que dejó Unai Emery. La unión, el compromiso de los unos con los otros y ese hambre por ganar hizo que el Arsenal superase sus adversidades y ganasen la FA Cup por 14ª vez.

Las miradas se centran en la jerarquía

Que el Arsenal se pegó un tiro en el pie con Unai Emery es un hecho. Que el Arsenal acertó trayendo a Mikel Arteta, más cerca de lo que es la filosofía del club, también. Pero el club no debe quedarse solo en ese acierto. Los gooners sabemos bien que la jerarquía suele dejar mucho que desear. Arteta necesita el respaldo de la misma para llevar su idea al mejor escalón posible.

Los próximos mercados van a ser cruciales, porque sabemos que el Arsenal no tiene el potencial económico para rehacer todo en un mercado. Arteta necesita jugadores específicos para su idea, la cual nacerá desde el 4-3-3 o el 4-2-3-1. La importancia, también, de descargar a jugadores que no son adaptables a la misma es primordial.

Arteta ha mejorado, prácticamente, a cada jugador del que ha dispuesto y eso es un indicativo de que él trae la mejora, aunque a veces la mejora no llegue al nivel requerido. Tiene ante sí una buena camada de jóvenes junto con algunos buenos experimentados, pero falta algo más y ese algo más debe llegar.

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