Ahora que estamos a mitad de temporada, muchos clubes han realizado cambios, sobre todo en los banquillos de aquellos en una situación de descenso. Viendo la facilidad de ciertos clubes por despedir entrenadores, no he podido evitar pensar en la docuserie «Sunderland ‘Til I Die».
En esta docuserie se muestra la evolución en la Championsip del Sunderland AFC. Ellos buscan el ascenso a la Premier tras perder la categoría. Pero finalmente lucharán para evitar un descenso a la League One que termina produciéndose. En España, tenemos ejemplos como el Málaga, o la Real Sociedad en su momento. Clubes históricos que bajan de categoría.
Nuestro primer impulso es buscar culpables, y el primero siempre es el entrenador. Esta temporada en LaLiga Santander hemos vivido ya unos cuantos despidos, el Huesca es un ejemplo. Pero, ¿realmente es culpa del entrenador?
El culpable siempre es el entrenador, ¿o no?
Muchos creen que ante unos malos resultados únicamente es culpa del cuerpo técnico. Por ello piden una nueva dirección del equipo. Pero como podemos observar en «Sunderland ‘Til I Die», esto va más allá. A veces ante situaciones delicadas, como una larga mala racha que expone al equipo al descenso, el problema es más profundo.
Llega un nuevo entrenador, con un nuevo sistema de juego. Por desgracia, el entrenador llega con una gran presión y debe revertir la situación. Debe en un tiempo mínimo cambiar la filosofía de juego. Pasar de un 4-3-3 a un 5-4-1 no es algo que se realice de la noche a la mañana.

A través de la docuserie, observamos cómo los jugadores son conscientes de su mala situación. El pasado viernes vimos a Leo Baptistao llorando tras ser sustituido. Los jugadores son seres humanos y les afecta en mayor o menor medida estos sucesos. La presión que sufren los futbolistas se ve reflejada en el terreno de juego y ello provoca peor rendimiento. Al final es un círculo que va aumentando progresivamente.
El ejemplo del Sunderland AFC
Cuando nos exponemos y afrontamos malas rachas debemos realizar un análisis profundo. Recordar que un cúmulo de malas situaciones no son producto de la casualidad ni tampoco de un único culpable. Quizás una de las soluciones es tener paciencia con el proyecto del cuerpo técnico, el Sunderland no la tuvo. Pero, ¿cuántos clubes tienen en una sola temporada dos o más entrenadores y terminan salvándose?
«Sunderland ‘Til I Die» sirve de base para comprender el fútbol y saber la dificultad que puede suponer resurgir de una mala racha de resultados. Debemos saber que quizás un equipo no tiene la capacidad de poder salir de esta espiral de derrotas y, por supuesto, que la destitución del entrenador cuando aún está iniciando su proyecto es un error que cada temporada vemos demostrado.
Por desgracia, el fútbol es resultadista, solo busca la victoria y los tres puntos. En Cornellà si el RCD Espanyol hubiese perdido ante el Leganés quizás hablaríamos de un nuevo proyecto que es cortado a media temporada por la impaciencia resultadista de los clubes.