Un nuevo verano convulso en los despachos del Valencia. Tras un final de temporada maravilloso encumbrado con el título de Copa del Rey y la clasificación para Champions, un nuevo escándalo ha sacudido Mestalla.
La alegría de la parroquia ché acostumbra a tener los días contados. Según la prensa, el dueño singapurense del club, Peter Lim, envió al presidente Anil Murthy a Valencia con el finiquito del director general Mateu Alemany y del director deportivo Pablo Fernández Longoria dispuestos a ejecutar. Nueva tormenta de verano con el Valencia y Mateu Alemany como protagonistas. Tiemblan los cimientos.
El binomio Alemany – Marcelino, que por fin había traído cordura, estabilidad y éxitos deportivos a la entidad tras años para olvidar (dos temporadas consecutivas siendo décimo tercer clasificado), estaba en peligro. Incluso la continuidad de Marcelino no estaba clara. La afición apoyaba de todas las formas posibles a Mateu y no entendía por qué se había llegado a esa situación.
Difícil de entenderlo, así lo declaró incluso el propio míster. Semana de reuniones y más reuniones para encauzar la situación sumadas a un viaje de Alemany a Singapur para verse las caras con el dueño. Finalmente Peter Lim dio su brazo a torcer y el dirigente balear continuará en la disciplina valencianista, pero es fácil pensar que su grado de autonomía en la toma de decisiones respecto a Singapur haya disminuido. El proyecto ha quedado herido. La conexión entre el Valencia y Mateu Alemany se resquebraja.

El Valencia y Mateu Alemany: discrepancias en la planificación deportiva
Al parecer, según se ha contado en los medios de comunicación, lo que ha conducido al enfado de Peter Lim con la gestión desde Valencia ha sido la planificación deportiva para el próximo curso, especialmente centrada en cuatro nombres:
- Kang-In Lee. El propietario entendía que el surcoreano, MVP del reciente Mundial sub-20, debería disponer de más minutos o, en caso contrario, venderle y hacer caja. Marcelino considera que no puede asegurarle participaciones puesto que tiene otros jugadores por delante, pero que desprenderse de él sería un error y lo mejor sería buscar una cesión. Alemany respalda al técnico.
- Rafinha. Objetivo del Valencia durante todo el verano con el que Peter Lim no comulga. Operación parada en toda la semana de reuniones, al igual que todos los movimientos de la dirección deportiva ché.
- Trueque Otamendi – Diakhaby. El dueño pretendía reforzar la defensa con el central viejo conocido de Mestalla, ahora en el Manchester City, a través de un trueque con el actual zaguero del Valencia Mouctar Diakhaby. No obstante, Marcelino prefería mantener la jerarquía de sus dos centrales que le han llevado a lo más alto, Garay y Gabriel Paulista, y traer a un suplente. Esto frustró los planes de Lim, cuya intención era que la operación fuera llevada por su socio y superagente de futbolistas Jorge Mendes, quien, obviamente, obtendría una buena tajada.
- Maxi Gómez. El Valencia estuvo cerca de perder a su ahora nuevo delantero, ex del Celta. La indecisión desde Mestalla pudo terminar con el uruguayo rumbo al West Ham de la Premier. Al menos así lo consideró Peter Lim, quien culpó a los dirigentes de poner en riesgo la operación. Desde Inglaterra ponían el dinero de su cláusula encima de la mesa, pero, al parecer, acabó prevaleciendo el deseo del jugador.
¿Un capricho de Peter Lim o una decisión que buscaba lo mejor para el Valencia?
Sin disponer de toda la información al respecto, en Valencia no se entendió la decisión del dueño del club. Suponía romper el estado de felicidad de la parroquia ché tras el primer título en 11 años y un final de temporada deslumbrante. Muchas voces entendieron que, una vez reconducido el rumbo, Peter Lim quería volver a llevar el mando de la nave para hacer y deshacer a su antojo.
Desprenderse de la gente que tomaba hasta ahora las decisiones y volver a ponerse en las manos de Jorge Mendes para hacer negocio en temas de mercado. «Ahora que el coche avanza normalmente por la carretera quiero conducirlo yo, por algo soy el dueño», conjeturó más de uno. En ese caso, el Valencia y Mateu Alemany no mezclaban.

Opinión personal como aficionado sobre el Valencia y Mateu Alemany
Por más que mantuviera diferencias en la planificación deportiva, si esas son las premisas en mi opinión su decisión fue equivocada. No hay que olvidar que su Valencia empezó a funcionar cuando el propietario aprendió a delegar. Vino Mateu Alemany, ese verano Marcelino, y entre ambos han vuelto a colocar al Valencia en el lugar que merece.
Antes, el club iba dando tumbos con Jorge Mendes de por medio (ponerse en sus manos no suele salir bien, sino recordad a aquel Deportivo que descendió aún con Lendoiro) y un sinfín de decisiones incomprensibles y entrenadores (algunos sin experiencia) que no sacaban resultados como Gary Neville, Pako Ayestarán o Prandelli, (y García Pitarch en la dirección deportiva) cuyos errores siempre tenía que enmendarlos el bueno de Voro. Así dos temporadas seguidas siendo décimo terceros.
¿Era eso lo que quería Peter Lim? ¿Acaso creía firmemente que no correría el riesgo de que volviera a ocurrir? Es evidente que el Valencia del magnate ha ido bien cuando aprendió a delegar. Cuando él quiso personalmente tomar el mando fue un absoluto desastre. Todo lo que signifique volver a ese camino en mi opinión es un error mayúsculo. Menos mal que, tras una nueva tormenta de verano en el Valencia, las aguas parecen haber vuelto a su cauce.
Solo queda la duda de ver si Valencia y Mateu Alemany siguen conectando tan bien y de si el dirigente balear va a disponer del mismo grado de autonomía. En resumen, sigue Alemany y sigue Marcelino, garantes del mejor proyecto que se ha visto en Mestalla en la última década y que permiten seguir manteniendo ilusionada a una afición desconcertada ante los innumerables problemas de despachos.
¿Vosotros que opináis? ¿Entendéis a Peter Lim? ¿Creéis que el Valencia seguirá funcionando igual de bien?