¿Está Carmelo Anthony acabado?

Tras su paso por First Take en ESPN, Carmelo Anthony ha vuelto a aparecer en la esfera pública. Esta es posiblemente la entrevista más cruda y sincera de un jugador que intenta limpiar la imagen que se ha labrado en los últimos años, y que espera volver a ponerse un uniforme para competir por el premio máximo de la NBA. ¿Qué se puede extraer de ella?

Carmelo Anthony ama el baloncesto sobre todas las cosas

A Melo le encanta el baloncesto. Para un tipo como él, acostumbrado a la fama, las luces, y los largos viajes, una temporada de parón completo no debe haber sido divertida. Menos aún con las expectativas a las que llegaba esta temporada en Houston. Nadie quiere irse por la puerta de atrás, y menos aún un futuro HOF.

Independientemente de los últimos años, Melo siempre ha querido jugar y competir. Ahora ve como toda una vida dedicada a llegar a la NBA, a transformarse en alguien que sería recordado, se derrumba. Pasar de la cima a lo más bajo no sienta bien a nadie, pero sobre todo, ser repudiado e ignorado es una sensación peor. Si a eso se le añade su personalidad, entorno, y ego… es una muy mala combinación.

La entrevista que ha dejado Anthony para ESPN es muy interesante no solo por la sinceridad con la que trata su situación y hace ver que es consciente de ella, sino porque se ve a un Melo más humano y menos estrella. Sus mejores días han pasado y la nostalgia no le puede vencer. Aquel jugador que podía levantar a todo un estadio seguramente se haya ido ya y no reaparezca nunca.

En esa situación tan complicada lo único que quiere es otra oportunidad. En teoría, esta vez sin querer ser más que nadie, sin buscar quedar por encima del resto. Este discurso podrán comprarlo unos más que otros, pero es sorprendente ver a Carmelo en este extremo: por fin se ha quitado la capa de superestrella que ya estaba bastante magullada y da un necesario paso atrás.

Diferencias en las salidas de Carmelo de OKC y Rockets

Hay que pararse a analizar y entender las formas en las que Carmelo Anthony sale de Oklahoma City Thunder y Houston Rockets, porque la diferencia es abismal. No tanto por el peso que ocupó en un vestuario y en otro, sino por cómo se producen, especialmente la segunda.

El gran Big 3 que llegó a OKC para la temporada 2017/2018 fue un fracaso enorme. Esto derivó en el desarme total del proyecto, pero eso es otra cosa. Melo llegaba como la tercera estrella a una franquicia que prometía bastante y… nada de eso ocurrió, porque las cosas desde el primer minuto no funcionaron demasiado bien.

Melo no fue el culpable de lo sucedido en Oklahoma, y el tiempo le dio la razón. Es cierto que su rendimiento no estuvo para nada cerca de lo esperado, pero parece que tanto aficionados como la franquicia olvidaron un término que últimamente está de moda: el declive de Anthony debía llegar algún día.

Carmelo George Westbrook

El problema viene en Houston. A Carmelo le venden que era el jugador que necesitaban para superar el muro y ganar el anillo. Evidentemente, y más tras su año en los Thunder, se vio que no lo sería ni de casualidad. Así que llega con esa aura de estrella renovada, fruto de prometer un anillo y que sería pieza clave.

La puñalada se da a los 10 partidos, cuando, tras una mala noche, es cortado sin previo aviso. Carmelo cuenta que él estaba abierto a escuchar y aportar todo lo que pudiese para ganar y hacer el equipo mejor. Sea esto verdad o no, la realidad es que sale despedido por la puerta de atrás sin previo aviso, algo que decepciona al jugador. De pieza a clave a irse a la calle una noche cualquiera. Durísimo.

Carmelo no quiere una gira de despedida

Esto es posiblemente lo más extraño y maduro de todo el discurso. Su entrenador personal dijo que buscaba una despedida como Wade, y él mismo ha salido a desmentirlo. El hecho de negar una posible gira final con focos y aplausos implica un salto en la mentalidad muy serio. A la vez, muestra que sabe dónde está, y que en casi ninguna franquicia tendría ese papel que tuvo el ya retirado jugador de los Heat.

Personalmente jamás hubiese esperado esta declaración. Todo este año fuera le habrá dado la oportunidad de recapacitar y verse a sí mismo, los dos últimos años especialmente. Sabe que es una leyenda de la NBA, pero, por primera vez, ya no lo es «andante» y está más cerca del retiro que de lograr ser el protagonista.

Muy pocos jugadores no evolucionan y cambian de perspectiva con el paso de los años. Quizá a Melo le ha costado más de la cuenta madurar y su carrera se ha visto perjudicada. Aquellos que más lo detestan siempre sacarán a relucir que prefirió anotar mucho a ganar. Y no es ninguna mentira. Optó por ese camino, y con casi 35 años solo puede intentar cambiarlo retirándose mientras da un buen nivel.

Necesidad de ganar un título, la última meta de Carmelo

Esto lleva a la última parte de sus declaraciones: el ansia de ganar un anillo. Si algo puede reconducir su carrera e imagen ahora es levantar el Larry O”Brien teniendo un papel importante. No será ya la megaestrella, pero sigue teniendo mucho que aportar en pista, y triunfar en un rol más secundario puede hacer olvidar sus grandes fracasos.

No es casualidad que espere ofertas de Lakers y Clippers, dos de los equipos que sobre el papel son los más favoritos al anillo. No obstante, cerrarse a solo dos equipos sería un error de perspectiva: por mucho que LeBron, su gran amigo, esté en uno no le garantiza ni la plaza ni mucho menos triunfar.

Por otro lado, y visto lo visto, en los Lakers tampoco encajaría de forma ideal: ya hay serias dudas con la defensa, y añadir a Anthony sería un nuevo quebradero de cabeza. Carmelo hace muchas cosas bien, pero defender es una de las que hace muy mal.

Quizá en el vecino, con un bloque defensivo mucho más serio, encajaría mejor. Acabe donde acabe, deberá asumir que no habrá momentos de estrella ni protagonismo en ninguno, que sus tiros se verán reducidos a menos de 10, y que sus minutos rondarán los 20 en el mejor de los escenarios.

No es el final soñado, pero… ¿Se lo ha ganado? Ahora bien, tampoco se puede poner la etiqueta de acabado a este jugador, porque solo debe renunciar a su ego para volver a un equipo NBA.

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