La Inglaterra de Gareth Southgate ha cuajado una gran actuación en el Mundial de Rusia. Al menos en cuanto a resultado no ha dejado indiferente a nadie. Han conseguido un cuarto puesto posiblemente inesperado. Se habla mucho de las influencias que tiene esta selección y de sobre que ideas se ha construido. Vamos a analizarlas.
Qué aporta Gareth Southgate
El ex capitán del Middlesbrough llegó al cargo el 27 de septiembre del 2016. En Inglaterra se desataron muchas dudas. El motivo fue su corta trayectoria como entrenador y del equipo del que venía. Dudas que Southgate ha resuelto a base de trabajo y análisis. Muy sonados fueron sus viajes a Estados Unidos con un objetivo en mente. Aprender sobre estadística avanzada y buscar la manera de aplicarla al fútbol.
Durante su viaje a Estados Unidos se le pudo ver en partidos de la NBA y de NFL analizando y extrayendo conclusiones para su posterior trabajo. Los conceptos de espacio que pudo interiorizar en esta experiencia marcarían su posterior desempeño con la selección.
El spacing y la distribución sobre el campo
Durante el Mundial la formación más utilizada por Inglaterra fue un 3-5-2 de inicio, sin embargo, las funciones que ejercía cada jugador hacían variar este esquema. Manteniendo la línea de tres defensas siempre y la influencia de los carrileros, la principal variante llegaba en el centro del campo.
Los tres protagonistas principales eran Henderson, Lingard y Alli, con Sterling y Kane por delante. Harry era el encargado de fijar arriba. Sterling tenía libertad para moverse detrás de él buscando vías de generación y durante los diferentes tramos de partido principalmente Alli y a veces Lingard, quedaban descolgados arriba de manera que el esquema variaba a un 3-4-3.
¿Y donde aparece el concepto de espacio aquí? Pues en esa distribución. El 3-4-3 es el esquema que puesto sobre el campo cubre de mejor manera todo el espacio disponible para el desarrollo del juego.
Gareth Southgate y el balón parado de Inglaterra
El aspecto que más ha destacado de Inglaterra durante todo el Mundial ha sido el balón parado. La mayoría de sus goles ha llegado por córner, falta o penalti. Pero quizás el aspecto que más llama la atención es la ejecución de los saques de esquina. Su famoso “Love Train” donde se juntan todos los rematadores en fila al inicio de una jugada ha sido una constante en los partidos de la selección.

Pero, ¿qué hay detrás de esta novedosa forma de ejecución? Dos conceptos muy relacionados con la analítica. Por un lado la especifidad del rol (Trippier como lanzador). Por otro lado, de nuevo, la distribución del espacio. En la ejecución de los córner todos los posibles rematadores saben perfectamente a qué zona deben dirigirse para finalizar la jugada. Pero la clave está en el inicio. Colocarse en esa formación les permite generar en el adversario una situación de incertidumbre. Los contrarios dispondrán de menos tiempo para colocar su posición defensiva. Ese pequeño periodo de incertidumbre y duda es la clave en la aparición de espacios de mayor calidad y tamaño.
Un ejemplo muy bueno de las dudas que provoca este método de inicio es el gol de Kane contra Colombia. Ante la duda de quién será el rematador y como colocarse, Carlos Sánchez acaba haciendo un marcaje muy agresivo sobre Harry Kane que fuerza el penalti. Una muestra clarísima del poder de la incertidumbre que genera este método.