El lunes 24 de agosto seguramente sea un lunes más. Costará levantarse, la ducha será algo más larga y el café mucho más necesario. Pero los aficionados NBA, de cualquier equipo y especialmente los que sangran púrpura y oro, se emocionarán. El 8 y el 24 son los números que nunca olvidaremos. Colgados en lo alto del Staples Center y en los corazones de todos los aficionados, pertenecen a un solo jugador que nos provocó mucha falta de sueño, muchas alegrías y muchas victorias o derrotas según el bando.
Son las cifras de Kobe Bryant. Más que el 81 (mayor anotación), 18 (sus All-Stars), 5 (sus anillos) o sus 11 presencias en el mejor quinteto de la liga. El 26 de enero nos arrancaban una parte de nosotros de una manera demasiado cruel. Junto con él, se iban otras 8 personas, a las cuales recordamos desde Sportball en este artículo.
Escucha nuestro podcast más triste y emotivo. Hasta siempre, Kobe. Y gracias.
Una carrera con una sola camiseta
El 26 de junio de 1996 se celebraba el 54º draft de la NBA. Uno de los tres mejores de la historia. Pero este draft tiene el mayor robo en forma de traspaso de siempre. El número 13, de los Charlotte Hornets. Kobe Bryant era seleccionado y traspasado a Los Angeles Lakers a cambio de Vlade Divac. Jerry West hacía una jugada maestra ejecutada desde el más absoluto secretismo.
Kobe Bryant llegaba bajo los focos, ya que ese mismo verano los Lakers se hacían con Shaquille O’Neal. Una pareja que haría historia en la cancha rivalizando continuamente fuera de ella.
Buscando ser una estrella (1996-1999)
No todo fue fácil. Su primera temporada comenzó de suplente, apenas jugando 15 minutos. Le valió para ser elegido para el partido entre rookies y sophomores y ser MVP anotando 33 puntos. También ganó el concurso de mates, catalogado como uno de los peores de la historia (hasta el de 2012). Y en playoffs, eliminados 4-1 por Utah Jazz en semifinales de conferencia con Bryant fallando 6 triples y numerosos air-balls.
Siempre hay que levantarse tras cada caída. En la temporada siguiente, Kobe dobló sus prestaciones, aún desde el banquillo, siendo candidato a mejor Sexto Hombre. Por otro lado, todos conocemos su participación en el All-Star de ese año. El más joven de la historia en conseguirlo, desafiando a Michael Jordan y lanzando más que Karl Malone y otras estrellas consagradas juntas. En playoffs, misma suerte contra Utah Jazz en finales de conferencia.
Al año siguiente, ya titular, 20 puntos por partido. Lockout, sólo 50 partidos y nuevo barrido en semifinales de conferencia, esta vez ante los Spurs. En verano, los Lakers se mudaban al Staples Center. Pero no sería ese el cambio más importante.
El dúo más dominante de siempre (2000-2002)
Phil Jackson llegaba a los Lakers prometiendo tres campeonatos en cinco años. La modestia nunca le caracterizó. Con razón. Convirtió a Shaq en el centro de su triángulo y a Kobe Bryant en su ejecutor en el clutch. Le costó encontrarle acomodo al joven escolta hasta mitad de temporada, debido a su manera de jugar. 67 victorias y líderes de la NBA.
Y en finales de conferencia se produjo el primer gran partido de Kobe Bryant en los playoffs. 13 abajo en el último cuarto y Shaq anulado. El joven Bryant lideró a los Lakers a una gran remontada, culminada con ese icónico alley-oop. Líder en todas las estadísticas menos en los robos. 25 pts, 11 reb, 7 asi y 4 tap. En las finales, 2-1 a favor de Lakers y Shaq eliminado por faltas. “No podía dejar que perdieras tu anillo” le dijo en 2018. 8 puntos en la prórroga, victoria, 4-2 y primer anillo.
En la siguiente temporada crecieron los problemas de egos entre Kobe y Shaquille. Nada que interfiriera en los playoffs. 15-1 y una superioridad aplastante. Segundo anillo para el dúo, con mejores números incluso que el año anterior. En la 01-02 a los Lakers les costó más encontrar su juego debido a la marcha de algunos secundarios importantes. La dependencia en Kobe y Shaq era cada día mayor. Un triple de Robert Horry en el game 4 y un arbitraje discutible en el 6 les hacían sobrevivir ante Sacramento en finales de conferencia. Las finales, un paseo. Tercer anillo y Phil Jackson cumpliendo su promesa.
Fin de la dinastía (2002-2004)
Al año siguiente los Lakers buscaban su cuarto título seguido. Con las lesiones de O’Neal, Bryant se convertía en la primera referencia del equipo, batiendo varios récords. Con apenas 50 victorias, los Lakers caían 4-2 contra San Antonio en finales de conferencia. Bryant y O’Neal hacían su parte, pero Horry no metió ni un solo triple en esa serie, Fisher no era el mismo y al fin Popovich dio con la tecla defensiva para anular a la fiebre amarilla.
Ese verano, los Lakers contrataban a Gay Payton y Karl Malone para buscar de nuevo el anillo. Tras un año lleno de altibajos, lesiones y lucha de egos, los Lakers llegaban a las finales. Los Bad Boys 2.0 los sacaron de la pista a base de defensa y juego en equipo, con un resultado de 4-1. Unas semanas, después Phil Jackson se iba, O’Neal era traspasado, Payton no volvería y Malone se retiraba. Bryant se quedaba como único líder, a pesar de los rumores.
Es inevitable hablar de la acusación de abuso sexual que sufrió Bryant durante esa temporada. Es algo que ya mencionamos en el podcast de homenaje y desde aquí sólo os podemos emplazar a que investiguéis por vuestra cuenta, ya que hay grandes artículos, en medios americanos sobre todo, que tratan el tema con mucho más conocimiento que nosotros. La situación más oscura de su vida, que provocó su cambio de mentalidad y el nacimiento de la Mamba Negra.
Los años salvajes (2004-2007)
Como líder indiscutible, Kobe Bryant se plantaba ante la época más difícil de su carrera. Y su primer año no fue exitoso. Sin playoffs, con muchas lesiones suyas y de sus compañeros, los Lakers solamente ganaron 34 partidos.
Al año siguiente volvió Phil Jackson. Smush Parker, Luke Walton, Lamar Odom y Kwame Brown. Ese era el quinteto que acompañaba a Bryant. 35.4 puntos por partido, uno detrás de otro, para ganar 45 partidos, en una de las campañas individuales más salvajes que se recuerdan. El MVP, bastante polémico, se lo llevó Steve Nash. Este último también consiguió llevarse la serie contra los Lakers por 4-3 tras remontar un 3-1, en uno de los enfrentamientos de primera ronda más emocionantes del S.XXI. Al año siguiente, misma historia por 4-1.
Mamba Mentality, MVP y éxito (2008-2010)
La temporada 07-08 empezaba mejor para los Lakers. El retorno de Fisher y la explosión de Bynum descargaban de presión a Bryant, que comenzó a delegar más. La llegada de Pau Gasol el 1 de febrero de 2008 lanzó aún más a los Lakers. 57 victorias, líderes del Oeste. Y al fin, Kobe Bryant se llevaba su primer y único MVP. En playoffs, 4-0 vs Denver, 4-2 vs Utah y 4-1 vs San Antonio con una exhibición de Kobe en el quinto. En las finales, un descalabro en el cuarto partido, perdiendo 24 puntos de ventaja impidió a los Lakers alcanzar la gloria. Sus eternos rivales, los Celtics, se la arrebataban.
La temporada siguiente no fallaron. Enrabietados, ganaron 65 partidos y pasaron por encima de todo el mundo. Solamente los Rockets en playoffs les metieron el miedo en el cuerpo, forzando un séptimo. Los Nuggets dieron guerra, pero se desinflaron y los Magic, inexpertos, claudicaron 4-1. Al fin llegaba el anillo sin Shaq. Kobe era el mejor jugador de la liga y ganaba.
La temporada siguiente siguió su buena inercia, con seis game-winner, pero ya con problemas físicos en dedo, codo y rodilla. Acabó la temporada tirando mal y los Lakers con dudas sobre el back-to-back. Los Thunder se lo pusieron difícil en los primeros playoffs. Lo resolvió Pau Gasol en el game 6 con un palmeo.
Barrido a Utah y Phoenix volvía. Kobe realizó la mejor serie de su carrera. Récord de asistencias en el segundo partido y decidiendo en el game 6 con dos tiros imposibles. En las finales, los Lakers se vaciaron ante los Celtics. 4-3 con un 6/24 de la estrella angelina. Pero 15 rebotes y una defensa descomunal sobre Rondo y Allen. Se completaba la mano.
El sexto incalcanzable (2011-2013)
La temporada 09-10 dejó a Kobe destrozado. Acordó con Phil Jackson limitar sus minutos en cancha y eliminar ciertos entrenamientos. Esto se tradujo en un sobreesfuerzo por parte de Gasol, Odom y Fisher. Bynum tardó en reincorporarse y los Lakers, a excepción del período 2000-2001, nunca se han caracterizado por tener plantillas largas. 57 victorias, pero muchas dudas que se confirmaron en semifinales de conferencia ante Dallas Mavericks con un barrido.
Con la jubilación de Phil Jackson, Mike Brown llegaba al equipo con su estilo defensivo. Los Lakers se hicieron fuertes en el Staples, con Kobe siendo de nuevo líder con 33 años y secundado por las dos torres (Bynum y Gasol). En playoffs, necesitaron 7 para eliminar a los Nuggets y los jóvenes Thunder se vengaron por lo de 2010. De nuevo, malas decisiones en los finales de partido que condenaron a los angelinos a un nuevo fracaso.
Con Kobe ya con 34 años, para los Lakers era un todo o nada. Dwight Howard y Steve Nash completaban el quinteto más caro de la liga. Los Lakers vendían su futuro (rondas y Bynum) a cambio de ganar ya. Ni con esas, los Lakers se estrellaban noche tras noche. No defendían y atacaban a ráfagas.
Brown fue despedido tras 5 partidos y llegó D’Antoni, que nunca supo ni quiso utilizar a sus hombres altos. Un esfuerzo sobrehumano de Kobe acabó con los Lakers metiéndose en playoffs en la última jornada. Cinco días antes, Kobe se rompía el tendón de Aquiles, despidiendo una temporada antológica de la peor manera.
Lesiones y retirada (2014-2016)
En la siguiente temporada solamente jugó 6 partidos, ya que se fracturó la tibia nada más volver. Para la temporada siguiente no forzó en volver y se machacó todo el verano. Pero no era el Kobe de la 05-06. Intentaba hacer lo mismo, pero el físico no le llegaba. Aún así, consiguió superar a Michael Jordan en la lista de máximos anotadores históricos. Para la 15-16 la tristeza nos invadió.
«No puedo seguir haciendo esto, mi cuerpo ya no puede».
Cada noche era un homenaje. San Antonio, Houston, ¡Boston! Todas las ciudades le rendían homenaje. Y nos regaló un último partido para la historia. 60 puntos con unos 3 últimos minutos propios del más grande. Mamba Out fueron sus palabras.
Un legado para la historia
Sus ansias por ganar, su fade-away único, su respeto por el rival y todo lo que nos podamos imaginar dentro de la cancha. Fuera de ella, un inspirador y un cambio de mentalidad tras el episodio más oscuro de su vida. Y tras su retirada, un Oscar, una academia y una lucha por el baloncesto femenino que todo el mundo ha sabido valorar. Te echamos de menos. Nunca te olvidaremos.
«Lo más importante es intentar inspirar a las personas, para que ellos puedan ser grandes en lo que sea que quieran hacer»