Antes de comenzar pondré un enlace donde ustedes podrán informarse perfectamente de cuál es la filosofía del Athletic Club de Bilbao. ¿Por qué lo pongo? Porque voy a hablar un poco de lo que significa el Athletic Club para alguien como yo, un foráneo. Normalmente, en debates o cuando preguntan, la gente tiene bastante distorsionada la filosofía del Athletic.
Desde el «no pueden jugar extranjeros» hasta el «sólo puede jugar gente de Bilbao».
Ni una cosa ni otra y es algo que en la propia web del club explican perfectamente.
¿A qué viene todo esto? Desde hace un tiempo para aquí hay voces, tanto de aficionados del Athletic como de otros equipos, que proponen un cambio de filosofía. ¿Por qué? Yo me pregunto. Se basan en algo que ciertamente es lógico, el dinero en el fútbol. En tanto en cuanto el dinero en el fútbol manda cada vez más, clubes como el Athletic sufren cada vez más las consecuencias. Su restrictiva área de fichajes, junto a que los clubes poderosos vienen a pescar jugadores, hacen que al club cada vez le sea más complicado competir.
¿Cómo puede sobrevivir el Athletic Club de Bilbao con su filosofía?
¿Qué hace el Athletic para combatir todo esto? Su mayor baza, irónicamente, es también la económica. El Athletic es un club económicamente sano que puede permitirse digamos que sobrepagar a sus mejores jugadores. Esto ayuda, en cierta manera, a espantar posibles pretendientes, pero no siempre es así.
El Athletic lucha por retener pero también lucha para atraer. A sabiendas de su filosofía, si algo destaca fuera de Lezama, es apto, el precio se dispara. Es una de las consecuencia de su filosofía, sobrepagar sueldos y traspasos. Todo esto parecen hándicaps, pero en realidad es parte de la filosofía del Athletic. Una filosofía que lleva muchísimos años implantada, no oficialmente es obvio. Una filosofía que sí, que a veces se estiró de más o de menos según ciertas circunstancias. Pero, que jamás se ha roto ni debería romper.
¿Debe el Athletic cambiar su filosofía?
No. El no es rotundo porque si el Athletic cambia su manera de ser acabará siendo como tantos otros. Lo dice alguien, yo, que se hizo del Athletic por su filosofía. Claro que, de aquella me la contaron difuminada. Tenía unos 9 años, más o menos. Recuerdo cuando iba a pasar los fines de semana a casa de mis abuelos. Antes de ir a pescar con mi abuelo, en su azul Seat Marbella, parábamos en una especie de bar-tienda que vendía cebos y se echaba la lotería. Mi abuelo y yo solíamos echarla juntos. Me preguntaba «tal y tal equipo cómo quedarán». No en tales palabras pero sí semejantes. Yo casi siempre, de pesado, le preguntaba por cada equipo. Él solía contarme cosas por encima y ponía los resultados, pero un día se paró a contarme más sobre un equipo, el Athletic.
De aquella él también tenía distorsionada la filosofía del club, pero me contaba que jugaba siempre con 11 jugadores «del pueblo», haciendo alusión a Chapela, de dónde era y vivía él. Me hablaba de jugadores como Ziganda, Urzaiz, Larrazabal… También me habló de otros dos, Julen Guerrero y Joseba Etxeberria. De Joseba no recuerdo mucho pero de Julen sí, era el mejor del equipo y que jugaba con España. Mi abuelo no era un experto del fútbol. Pero, lo que me contó del Athletic me sirvió para con los años seguir empapándome del club.
La filosofía del Athletic es su principal valor
Mientras crecía más me apasionaba todo lo que englobaba al Athletic. Viví años malos, no de ánimo pero sí de nervios, en las épocas malas, de resultados, del club. Pero esos años siempre son olvidados, sobre todo por los buenos momentos. Aquellos primeros 35-40 minutos del Athletic-Sevilla tras el «nos vamos a comer al león desde la melena hasta la cola» jamás se irán de la memoria.
Tampoco las vivencias previa a cada final de copa, aunque todas tuviesen final drástico. Qué decir de la Europa League con Bielsa al mando. La oda al fútbol en Old Trafford o las eliminatorias contra el Schlake y el Sporting de Portugal. La Supercopa con Valverde fue la guinda del pastel. Un pastel conformado también con pérdida de finales, hasta cuatro he vivido, pero el disfrute del camino hacia ellas hizo que todo mereciese la pena.
Por esto y por muchas cosas más no creo en el cambio de filosofía. Yo soy feliz con el Athletic por lo que es y por cómo consigue las cosas siendo así. Hacen creer que un posible cambio de filosofía traería más éxito, pero seguramente eso nos quite la felicidad.
«Éxito y felicidad no funcionan como sinónimos, hay gente exitosa que no es feliz, y hay gente que no necesita del éxito para serlo. La obligación que tiene todo ser humano es rentabilizar sus opciones para ser feliz» Marcelo Bielsa.