El peor San Valentín de Michael Jordan

Recientemente se ha estrenado el documental “The Last Dance” (aquí lo mejor y peor para nosotros) y en él se presentan algunas de las mejores actuaciones del escolta de los Chicago Bulls. Sin embargo, hay un encuentro sobre el cual no se hace ningún tipo de referencia y no muchos conocen. Este choque no destaca por su gran aportación individual, que también fue reseñable, con 49 puntos. La emoción reside en algo más que no se había visto hasta entonces y probablemente no vuelva a producirse, siendo el 14 de febrero la fecha del suceso. Es la historia de la noche que Michael Jordan jugó con el dorsal 12 y sin nombre.

San Valentín, esa fecha señalada en el calendario, cuando las parejas se profesan su amor más que nunca. Bombones, flores y otros regalos abundan en esta festividad. Sin embargo, hay algunos individuos que son rechazados, que para ellos es una tortura más que una alegría. Y Michael Jordan tuvo que sufrir este “dolor” en el día de los enamorados de 1990.

¿Por qué jugó Michael Jordan con el dorsal 12?

El escolta de los Chicago Bulls acudía a su cita rutinaria con su fiel amor, el número 23. El lugar era el pabellón de los Orlando Magic, pero su acompañante “no se presentó”. Su cita, que hasta aquel momento se había cumplido, no se produjo. Su camiseta había desaparecido. ¿Cómo? No se sabe, por lo que las teorías fueron múltiples, aunque la principal es que un empleado del equipo local la sustrajo.

El destino en ocasiones es caprichoso y esta fue una de esas situaciones. En cualquier otra ocasión, se utilizaría alguna de las camisetas de repuesto. Sin embargo, la franquicia finalizaba una gira de 6 partidos fuera de casa contando únicamente con una camiseta para el choque en Orlando. Ante esta situación, surgía un gran problema que provocó que se tuviera que recurrir a unas medidas desesperadas.

¿Por qué jugo Michael Jordan con el dorsal 12?

Tras este “plantón” los trabajadores del equipo de la ciudad del viento buscaron entre los aficionados de la grada alguna camiseta que pudiera servir para “acompañar” a Michael Jordan. Tras revisar todo el pabellón, no se logró encontrar una camiseta que pudiera usa la estrella. El problema seguía existiendo y el tiempo para el comienzo del partido cada vez era menor.

Cuando todo parecía perdido y predispuesto a acabar en problema insalvable, apareció una salvación, una alternativa inesperada. La camiseta con el número “12” hacía acto de presencia. No era la acompañante a la que estaba acostumbrada, pero ¿qué otra opción había?

¿Qué tal le fue a Jordan con el dorsal 12?

Comenzó el encuentro y las sensaciones eran que sería otro día rutinario para el escolta. Su juego no se veía afectado por su cambio de acompañante. La cita en cierto momento se torció, ya que el esfuerzo derrochado porque la unión funcionará, se disolvió tras perder el encuentro. Al igual que quien acaba recibiendo “calabazas”, Jordan abandonó el pabellón enfadado, sin querer tener el más mínimo contacto con nadie, evitando las declaraciones a la prensa ni firmar autógrafos, según recogieron múltiples medios en sus crónicas.

Desde ese momento el 14 de febrero de 1990 pasó a formar parte de la historia de la NBA como el día en el que Michael Jordan jugó con una camiseta sin nombre y con el número 12. Para la leyenda, en cambio, probablemente sea una de las peores noches de su exitosa carrera.

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