Desde que allá por mayo de 2009, sí como pasa el tiempo, Carlo Ancelotti dejase el Milan, los rossoneri no han encontrado una estabilidad acorde a la historia más reciente del club. Cierto es que con Allegri, tras Leonardo, el Milan ganó Serie A y la SuperCoppa. Sin embargo la etapa de Allegri se fue oscureciendo hasta ser cesado una semana antes de finalizar la temporada en la que se despedía del Milan. Tras Allegri, en un espacio de algo más de tres años, llegaron Seedorf, Inzaghi, Mihajlovic y Montella. De todos ellos sólo Montella logró levantar un título, SuperCoppa de 2016 contra la Juventus, pero ninguno logró el claro objetivo, volver a la Champions League. Montella acabó despedido y el club decidió volver a dar una chance a una ex-estrella del mismo. Toca conocer al Milan de Gattuso.
Gattuso, siempre a contracorriente
Gattuso llegó al Milan en medio de demasiado ruido. El bagaje del Gattuso entrenador no había sido demasiado alentador. Fue entrenador-jugador del Sion suizo, pero apenas duró tres meses desempeñando dicha función. Después emigró a Grecia para entrenar al OFI Creta, actualmente en la segunda división griega. Allí, apenas duró medio año, dimitió, en medio de una crisis económica e institucional del club. Ya en 2015 volvió a entrenar a su casa, Italia. El club que lo fichó fue el Pisa y el bueno de Gennaro logró ascenderlos a la Serie B. Ya en Serie B, tuvo algunos problemas, dimitió, pero a las pocas semanas volvió al club aunque no pudo salvarlo del descenso.
Con este currículo, un renovado Milan llama a su puerta en verano de 2017 para que Gatusso entrenase al filial, aceptó. Sin embargo, unos meses después el Milan despide a Montella, empezó bien pero se fue diluyendo jornada tras jornada. La noticia llegaría ese mismo día, 27 de noviembre, Gennaro Gattuso pasaría a entrenar al primer equipo. Gattuso llegaba al Milan de los 200 millones de desembolso. Llegaba al Milan del gran proyecto asiático. Llegaba a un Milan sin vida, sin identidad, sin rumbo y muy lejos de su objetivo, volver a la Champions League. Su inicio, en el equipo, no fue bueno pero poco a poco el Milan de Gattuso se está contagiando de la filosofía de Gennaro.
Cómo juega el Milan de Gattuso
Gattuso llegó al Milan con una idea clara, que los rossoneri volviesen a creer en sus posibilidades. El técnico nacido en Calabria comenzó con un esquema de tres centrales, contra el Torino, que también lo venía usando Montella pero dio al medio campo más presencia para compactar el equipo desde dichas posiciones. La idea estaba ahí pero ni el juego ni los resultados acompañaban, así que Gatusso volvió a un esquema que conoce a la perfección, el 4-3-3 con el que creció jugando para Ancelotti. Con el 4-3-3, a veces convirtiéndose en una especie de 4-4-2, Gattuso logró dar con la tecla para practicar un juego vertical siempre intentándolo desde la posesión y sin romper al equipo, ser compactos. Lo más curioso es ver cómo juega Gattuso con los intercambios de posiciones. No es raro ver a Suso y Calhanoglu bajando a recibir y en consecuencia ver a Kessié o Bonaventura, por ejemplo, cubriendo su espacio. Tampoco es extraño ver cómo en la presión los tres de arriba no suelen encimar la defensa rival y sí deja ese cometido a algún jugador del centro del campo siendo alguno de los tres de arriba quien tape la posición de pase rival. Estas cosas, son sólo unos ejemplos, desmontan ese mito de que Gattuso son gritos y aspavientos, pero poco fútbol.
La idea de Gattuso cala en los jugadores
Si algo ha logrado Gattuso, a parte de volver a dar una identidad al equipo, es el haber recuperado para la causa a ciertos jugadores. Çalhanoglu, inicio pésimo, ha sido recuperado para la causa. El turco parte desde banda zurda en el trío ofensivo pero con libertad de movimientos. Su incidencia es tal que se ha convertido en el jugador de la Serie A con más chances creadas. En el otro costado parte Suso, si bien es cierto que el español lleva siendo de lo mejorcito desde que llegó a Milán. Suso aporta ese desborde y esa velocidad que necesita la ideología de Gatusso. Detrás de ellos se dispone un trío protector y generador. Normalmente Biglia parte de pivote central acompañado de Kessié y Bonaventura, a veces Montolivo u otro jugador. El argentino tampoco tuvo un buen comienzo pero poco a poco se está pareciendo al que ejercía de jefe en la medular de la Lazio. Atrás, en defensa, el Milan de Gattuso también encontró estabilidad y recuperó para la causa a Bonucci, otro inicio desastroso, acompañado de un gran Romagnoli y secundados en banda por Ricardo Rodriguez y Davide Calabria. Resaltar el crecimiento de Calabria bajo el mando de Gattuso. El joven lateral diestro llevaba un par de años que sí que no pero no daba arrancado, sin embargo, ahora se ha afianzado en el lateral diestro por encima del capitán, Abate, y a la espera de recuperar a Conti.
Cutrone es la esperanza rossonera
Si tras gastar alrededor de 75 millones de euros, en dos delanteros, te dicen que el de mayor rendimiento será un canterano de apenas 20 años se te quedaría cara de sorpresa. Esto es lo que le está pasando al Milan. Los rossoneri buscaban un gran nueve en el mercado pero las opciones se le fueron cayendo así que ficharon a una promesa, André Silva, y a un veterano curtido, Nikola Kalinic. A día de hoy ninguno está funcionando, sorprende lo del portugués aunque sigue siendo muy joven. Con ello, ya pasó con Montella, Gattuso decidió apostar por Patrick Cutrone. Cutrone lleva desde bien pequeñito en el Milan. Fue ascendiendo por las categorías inferiores del club hasta tener su gran chance. Actualmente, para Gattuso, es clave, pero el técnico no quiere quemarlo y en más de una rueda de prensa llamó a la calma. Cutrone lleva actualmente 13 goles e imprime de esa garra y frescura a la delantera rossonera. El club sigue en la búsqueda de un gran nueve, el entrenador intentará recuperar a Silva y Kalinic para la causa, pero mientras tanto tienen a un chico de 20 años que les cumple y con creces.
El Milan de Gattuso: un proyecto que necesita estabilidad
Corren rumores de que el Milan podría renovar a Gattuso y es algo que realmente sí deberían sopesar. El proyecto del Milan ha sido gigantesco en desembolso, pero pequeño en estabilidad. Un proyecto así no se afianza de la noche a la mañana, pero urge que lo haga porque económicamente, si no se juega Champions, dicho proyecto puede tambalearse. Gattuso llegó en medio de la tormenta y ha conseguido enderezar el barco pero sigue faltando trabajo y sobre todo paciencia. Gennaro no es un tipo que se venga abajo fácilmente y ha tenido un gran maestro, como Carlo Ancelotti. Quizás no consiga devolver el equipo a la Champions League, al menos esta temporada, pero si su trabajo sigue en constante crecimiento quizás, y solo quizás, pueda devolver al Milan a recordar éxitos pasados.