En el deporte colectivo, sobre todo en los más mediáticos, de hoy en día es complicado encontrar ese jugador fiel y afín a un equipo. Lo es en el fútbol, lo es en el baloncesto y sobre todo lo es en un «tipo» de baloncesto como es la NBA. En la NBA los jugadores, por ellos y por las franquicias, suelen ser «paquetes» que se mueven de aquí para allá, ya sea por dinero, por minutos o por búsqueda del ansiado anillo. Así pues, en la NBA es complicado encontrar un jugador que esté toda su carrera profesional en una misma franquicia. Los hay a cuenta gotas y suelen ser jugadores que por números, calidad y logros marquen una época. Sin embargo suelen haber rara avis y hoy les vengo a contar la bonita historia de Nick Collison y los actuales Oklahoma City Thunder.
Para quienes no le conozcan en demasía, Nick Collison es ala pivot de los Thunder el cual va camino de su decimocuarta, y última, temporada en la NBA y decimocuarta en la misma franquicia. Llegó a la NBA tras pasar cuatro años en la Universidad de Kansas. Allí Collison es todo un ídolo, inclusive retiraron su camiseta, llevando, junto a Kirk Hinrich a los Jayhawks a dos Final Four con final por el campeonato incluida, perdida contra los Syracuse de Carmelo Anthony. Nick Collison se fue de Kansas como un héroe, con múltiples premios bajo el brazo, camino al draft de la NBA. A dicho draft se presentó con 18,5 puntos y 10 rebotes en su última temporada y como un ala pivot sin desmedida calidad pero trabajador en defensa y aportando en ataque.
Ello le llevó a ser seleccionado por los extintos Seattle SuperSonics en el puesto número 12. Sus primeras temporadas en la NBA no fueron malas. Collison se hizo un hueco como titular en su segunda temporada, aún en Seattle. Su mejor temporada fue la última en Seattle antes de mudarse a Oklahoma. En ella Collison mostró su mejor versión en cuanto a juego y estadísticas, promediando 9,8 puntos y 9,4 rebotes por partido. Con el paso de las temporadas, y sobre todo la llegada de Ibaka, Collison perdió protagonismo en la cancha pero no en la franquicia. Pese a que hubo posibilidades de marcharse tanto Collison, nunca le importó el dinero, como los Thunder nunca quisieron separar el camino.
Actualmente Nick Collison afrontará su última temporada en la NBA. Ya con 36 años sus minutos en la cancha serán testimoniales pero fuera de ella seguirá siendo un jugador muy valioso para la franquicia. Pese a su aspecto serio, dentro del vestuario se dice que Collison es muy bromista, siempre de buen humor y sobre todo siempre ejerciendo de líder, de capitán. Quizás con el paso de los años su carrera en la NBA no sea muy recordada por el aficionado común. Sin embargo, Nick Collison representa esos valores deportivos que realmente valen la pena. Fidelidad a un equipo, fidelidad a unos colores más allá del supuesto éxito en la conquista de títulos o de la supuesta felicidad que da el dinero. Quizás Nick Collison se retire sin un anillo y sin estar en las portadas pero, así como le sucedió en Kansas, se retirará viendo como los Thunder retirarán su camiseta y siendo parte de la historia de la franquicia.
Un clásico moderno de la liga.