A lo largo de toda la historia de la NBA ha habido grandes Drafts que se han caracterizado por estar completos al 90% de buenas o interesantes elecciones, que si bien no todas rindieron al nivel que cabría esperar, muy pocas fueron completos desastres. Y en contraposición, también ha habido Drafts que se han caracterizado por ser todo decepciones, con alguna que otra excepción que se salva, como en el del año 2013 (Oladipo, Giannis, McCollum… y poco más). Pues teniendo esto en cuenta, y encontrándonos en el principio de la temporada, voy a analizar a algunos de los novatos de la NBA (tanto del año pasado como de este año) y ver quiénes pueden llegar a ser esas decepciones, o «busts», como les gusta decir en EEUU. Me basaré en diversos aspectos para coger estos diferentes jugadores (tomaré uno de cada Draft, y si gusta y me lo ponéis en los comentarios, haré más de años anteriores), siendo consciente de que puede que haya jugadores con potencial sin explotar, pero que han tenido oportunidades para hacerlo.
Empecemos con el Draft del año pasado, 2016. Del top-10, y aunque haya jugadores que estén todavía empezando a carburar (Ingram empieza a parecerse a lo que debería ser, Kris Dunn tiene oportunidades de crecer como jugador en Chicago, o Sabonis, que después de un irregular primer año se ha asentado en un promedio de doble-doble en Indiana), hay uno que parece el fallo más claro: Dragan Bender.
Los Phoenix Suns llegaban a este Draft con el 4º pick en sus manos y, con un núcleo medianamente formado con Booker, Len, Warren y Bledsoe, buscaban un jugador más para afianzar el proyecto de futuro. En aquel momento se apostó por el pívot croata, que venía del Maccabi de Tel Aviv, en el que había estado un año en el filial (23 puntos, 10 rebotes de media) y después en el 1º equipo, con 6 puntos, 3 rebotes y 1 tapón en 14 minutos por partido. Se vio como una apuesta muy arriesgada y de futuro, pensando en que Bender podría ser para los Suns lo que Porzingis fue, es y será, para los Knicks. Y fue todo lo contrario.
Teniendo en cuenta la situación actual, y cómo están algunas elecciones posteriores, Jamal Murray, Dunn o Sabonis habrían sido elecciones más acertadas, e igualmente arriesgadas o desconocidas. Sobre todo por la falta de interiores en el equipo de Arizona (Sabonis) y por la necesidad de un base, viendo como estaban las cosas con Bledsoe, traspasado a Milwaukee esta semana. Pero no, Bender fue el elegido, no llegando a superar los 50 partidos la temporada pasada, y con menos de 4 puntos y 3 rebotes de promedio. Y para más inri, la posterior elección de los Suns en el lugar 8º, Chriss, otro interior, es titular, lo que provoca la siguiente pegunta: habiendo cogido a Bender en 4º lugar, ¿por qué escoger a otro interior? ¿No confiaban los Suns en Bender? La pregunta queda en el aire, al igual que si será una decepción, ya que ser top 5 de un Draft y promedios tan bajos es sinónimo de pifia, he ahí el ejemplo de Bennett, o de jugador con capacidades sin demostrar, como Jahlil Okafor… Solamente el tiempo lo dirá.
Y ahora el siguiente jugador es del Draft de este año, y si bien no es posible decir una mala elección con 10 partidos jugados de campaña (o ni eso), voy a aventurarme a decir el nombre de un jugador que, en mi opinión, no va a llegar a ser lo que se espera de él. Y puede que me caigan muchos palos por ello, pero no es por el jugador, si no por su situación física, y por la mala suerte de la franquicia en la que se encuentra. Markelle Fultz, primera elección de este último Draft. Los Sixers tienen una larga tradición de jugadores que no pueden empezar el año o lograr regularidad por culpa de lesiones (Noel, Embiid, Simmons…), y este año la tradición, o maldición, se ha cumplido.
A principios de junio la NBA suspiraba por él. Una gran temporada en Washington, sin haber conseguido entrar en la fase final de la NCAA, con unos promedios de 23 puntos, 6 asistencias y rebotes, y casi 2 robos por partido, le hicieron colarse en todas las quinielas como nº 1 del Draft, superando a su ya enemigo Lonzo Ball. Y Boston, o más bien Danny Ainge, cambió los planes para salirse con la suya, y conseguir un pick más para 2018 o 2019. Y parece que fue inteligente, porque Tatum está a un nivel espectacular (el mejor del top-5 del Draft) y Fultz no ha llegado a disputar 5 partidos, y dejando una imagen descorazonadora: su técnica de tiro, cambiada por culpa de su dolor en el hombro. En la Universidad, promediaba un 65% en TL y un 41% en T3; en Philadelphia, un 50% en TL y todavía no se ha atrevido a probar la línea de 3 puntos. Malos presagios para el «Rookie».
De momento estará ausente por un tiempo indefinido, y así recuperarse completamente de su hombro maltrecho, ya que llegó un punto en que ya no podía levantar los brazos para tirar a canasta. Forzó (Phila no quería otro pick que no jugara por lesiones) y empeoró. Volverán a analizarlo en diez días, pero parece que mejora, ya que vuelve a manejar el balón en los entrenamientos. Esperemos que no pase como con Greg Oden y todo esto quede en un susto, pero es el que más papeletas tiene entre los novatos de no llegar a ser lo que se esperaba de él. Y sería una pena, porque con Simmons y Embiid a su lado, los Sixers serían un equipo de ensueño… y a la vez terrorífico.
