Lo que bien empieza…

Tras un inicio meteórico del conjunto, parece que la Real no está siendo capaz de seguir el ritmo de los grandes conjuntos en la Liga Santander. Sin embargo, la propuesta inicial de Eusebio denota una gran confianza en sus chicos: tener el balón, acumular muchas figuras en terreno contrario, presionar alto, recuperar y volver a instalarse durante tiempos prolongados cerca de la portería rival. Los resultados, en el torneo liguero, en cambio, no acaban de llegar. La sensación es que cuando el plan A no sale bien, el plan B del de La Seca es inexistente; por lo que cuando el Plan A cojea, la Real se ahoga. El centro del campo parece llegar justo al tramo final de los encuentros, Zurutuza no es el del año pasado, Illarra no puede con el trabajo de sujetar al equipo 180 minutos en siete días, y el único que parece seguir el ritmo, Xabi Prieto, tiene 34 años. Los cambios, para más inri, no sorprenden, y así, se convierte en imposible revolucionar los encuentros.

El partido del pasado sábado en el Wanda Metropolitano es paradigmático en este aspecto. La Real presentaba un once sin su jugador más en forma, Adnan Januzaj, y aún así, jugó una primera media hora que la gran mayoría de los grandes clubes españoles estarían encantados de firmar. Pero una vez Willian José transformó la pena máxima, la Real se desinfló. Xabi Prieto ya no recibía el balón en posiciones donde puede hacer daño, a Oyarzabal le faltaba chispa, Filipe Luís anuló a Odriozola y el centro del campo formado por Zurutuza, Illarramendi y el joven Zubeldia se vio sobrepasado por la guardia pretoriana de Simeone.

Rulli salva a la Real ante la mirada de Saúl.

Pero la remontada llevada a cabo por el Atlético de Madrid no es la primera que sufre la Real, y osaría decir que veremos más en el futuro cercano. Existen varios antecedentes: el Deportivo de la Coruña en la tercera fecha del campeonato logró igualar un 0-2, Las Palmas, Girona o Getafe son otros equipos frente a cuales la Real no ha cerrado un encuentro que se le presentó de cara.

La analogía es clara para los pesimistas. De la misma manera en el que la Real no ha sido capaz de resolver los partidos que han empezado favorablemente, puede que no sea capaz de lograr los objetivos planteados en un campeonato que comenzó transmitiendo las mejores sensaciones. Esperemos que no sea así. Esperemos que la Real sea la excepción que confirme el dicho de que «lo que bien empieza… mal acaba».

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