El delantero internacional belga Michy Batshuayi llegó al Valencia este verano cedido por el Chelsea como incorporación estrella para la ofensiva ché. La llegada de un delantero que había pasado por clubes de la talla de Borussia Dortmund, Marsella o el propio Chelsea (pagó 39 millones de euros por él, según Transfermarkt) se entendía que podía darle un plus al ataque del conjunto de Marcelino.
Fue uno de los refuerzos interesantes. De momento el entrenador asturiano no había contado demasiado con él. Y en la mayoría de partidos se había inclinado por el ex del Atlético Gameiro. Si tomamos como referencia su partido contra el Young Boys en Champions, comprendemos por qué. Michy Batshuayi es un enigma sin resolver.
El Valencia jugó un partido muy pobre sobre el césped artificial suizo, especialmente la segunda parte. Empató y pudo (hasta diría que mereció) perder. Dentro de ese mal rendimiento ante un equipo muy flojo muchos focos apuntaron a la figura de este delantero. Hasta ahora poco conocido en el fútbol español. Michy Batshuayi marcó el único gol ché que ponía el 0-1, pero todo lo demás lo hizo mal. Su partido fue una sucesión de errores que hacen difícil entender el porqué de su elevado caché.
Las carencias de Michy Batshuayi
El delantero belga, que llegó para sustituir a Zaza, demostró que no entiende el juego. Que es muy torpe lejos del área y que su toma de decisiones es casi siempre errónea. A un delantero de su corpulencia se le pide ganar balones por alto y descargar a un compañero. Pues bien, apenas hizo alguna descarga bien. Prácticamente cada balón que tocaba era un balón perdido. Cuando recibía lejos del área, en lugar de tocar de primeras, pretendía bajarla y librarse del defensa (casi siempre la perdía). Hizo algún cambio de orientación sin sentido, no daba el oxígeno requerido al equipo, caía una y otra vez en fuera de juego, siempre elegía mal en el momento de dar el pase…
Dicen que uno de los secretos para triunfar no solo en el fútbol, sino también la vida, es conocer tus limitaciones. Está claro que Michy Batsuayi no las conoce: se cree mucho mejor de lo que es. En los últimos minutos, ante la necesidad valencianista de marcar, como aficionado solo quería que no se la pasaran a él. Así, el Valencia se dejó muy buena parte de sus opciones de pasar su grupo de Champions en Suiza. El partido de Batshuayi, pese al gol, fue un auténtico espanto.
Las dudas de Marcelino con Batshuayi
Marcelino se desgañitaba en la banda ante las excentricidades de su delantero. Cuando daba un pase sin sentido, cuando perdía un balón en salida por querer adonarse, la realización enfocaba los gestos de desesperación del míster. Quiso acabar con tres delanteros para buscar la victoria y eso le impidió sustituir a Batshuayi. Pero seguro que tomó buena nota. Sus suplencias ya hacían presagiar que algo no le convencía, ayer el ariete le dio la razón. Me temo que la ilusión del valencianismo en este jugador se diluye al mismo tiempo que sus presencias en el equipo. Marcelino no puede estar nada contento con el belga.
La falta de gol del Valencia
A todo esto, los tres delanteros del Valencia (Rodrigo, Gameiro y Batshuayi) llevan cuatro goles esta temporada entre todas las competiciones. Dos del belga, uno del español y otro del francés. El equipo no marca y por momentos pierde su característica solidez defensiva. La segunda parte de ayer fue un buen ejemplo. Tras la aparente recuperación que supuso la victoria en Anoeta y los empates en Old Trafford y frente al Barcelona, parece que el equipo ha vuelto a las andadas. Marcelino tiene mucho trabajo por delante. Y una de las cosas en que debe pensar es qué hacer con Michy Batshuayi.
Quizá su rendimiento en otros equipos ha sido mejor. Pero, por lo que le he visto, para mí el delantero belga es un enigma por la siguiente razón. ¿Cómo un jugador con tantas carencias puede pasar por cuatro clubes nivel Champions, costar 39 millones y ser internacional por una selección semifinalista del Mundial? De verdad que no lo entiendo.