El fútbol es un deporte que ha cautivado a millones de aficionados en todo el mundo, ¿por qué? Por momentos como los que nos regaló el Spanish Liverpool campeón de Champions en 2005.
Las remontadas ocupan un lugar privilegiado en el imaginario colectivo del futbolero. Imagínense entonces una remontada en una final de la UEFA Champions League, que tal hazaña la lleva a cabo un equipo en principio inferior y que todo se decide en la lotería de los penaltis. Tenemos, por tanto, el final más dramático posible.
Todo eso ocurrió hace ahora diez años, un 25 de mayo en el Olímpico Atatürk de la vieja Constantinopla. Aquel día el Spanish Liverpool realizó una de las remontadas más heroicas de toda la historia del fútbol ante nada más y nada menos que el todopoderoso Milán.
Liverpool, campeón de Champions en 2005
El Milan de 2005 era un auténtico gigante de Europa, un equipo repleto de estrellas que un par de temporadas antes había ganado su sexta Copa de Europa ante la Juventus. Bajo la dirección técnica de Carlo Ancelotti, los títulos habían seguido llegando al club lombardo con la conquista de la Serie A, la Supercopa de Europa o la Supercopa de Italia.
En 2004, sólo un sorprendente Deportivo de la Coruña los había privado de las semifinales gracias al recordado 4-0 de Riazor. Para llegar a la final de Estambul, el Milan se había impuesto en la fase de grupos a Barcelona, Shaktar y Celtic. Después, Manchester United, Inter y PSV habían sido eliminados sucesivamente.
El Milan llegaba a Estambul como claro favorito, no tanto por su historia como por la evidente superioridad de su plantilla sobre la del Liverpool.
Por el contrario, hacía muchos años que el Liverpool había dejado de ser una potencia en Europa. Los limitados éxitos cosechados por Houiller en el banquillo y Owen en el campo, y la marcha de éste último al Real Madrid habían provocado que se iniciase un nuevo proyecto que devolviese al Liverpool a donde por historia y afición merecía estar.
Uno de los técnicos de moda -ahora y entonces- el español Rafa Benítez, era el encargado de dirigir la nave; contaba con 2 o 3 jugadores excepcionales, pero en conjunto era un equipo muy inferior al Milan, al menos en cuanto a nombres. Para llegar a la final, el Spanish Liverpool se había clasificado segundo en un grupo conformado por Mónaco, Olympiacos y Deportivo.
En las siguientes fases, Bayer Leverkusen, Juventus y Chelsea cayeron ante el ímpetu de los Reds.
Final de Champions 2005: Spanish Liverpool vs Milan
Todos los pronósticos apuntaban como favorito al Milan, que confirmó las expectativas adelantándose en el marcador en el minuto 1 gracias a un remate de Paolo Maldini tras una falta botada por Pirlo (1-0). Ambos equipos imprimieron un ritmo muy alto de juego, pero fue el Milan el que llevaba la iniciativa gracias a la conexión Pirlo-Kaká.
La batalla se libraba en el mediocampo, donde el trío Pirlo-Gattuso-Seedorf se mostraba superior a la dupla Alonso-Gerrard. En el minuto 39, Pirlo conectó con Kaká, el brasileño cedió para Shevchenko, quién a su vez asistió a Crespo para poner el 2-0 en el marcador. Con el Liverpool todavía aturdido, Pirlo recuperó en el mediocampo, recibe Kaká, y éste realiza un pase largo con el interior que deja sólo a Crespo, que pica el balón para superar a Dudek en el mano a mano (3-0).
Tras el fin de los primeros 45 minutos, el Milan había hecho valer su superioridad y estaba aplastando a un Liverpool que parecía no dar síntomas de reaccionar. Mucho se ha hablado sobre lo que sucedió en el vestuario red durante el descanso, sobre las palabras que Benítez dirigió a sus jugadores, pero vayamos a los hechos: en un libro publicado hace un par de años, Carlo Ancelotti analizaba los motivos por los que el Milan vio cómo le remontaban un 3-0.
El técnico italiano considera fundamental la entrada de Hamann por Finnan; efectivamente, el Spanish Liverpool ganó un hombre de mucha presencia física en el centro del campo, lo que anuló la superioridad italiana y permitió que Gerrard adelantase varios metros su posición, pudiendo acercarse más al área y explotar mejor sus virtudes. Por otro lado, los extremos del Liverpool adelantaron también su posición, lo que provocó a su vez que las subidas de Cafú y Maldini se viesen más limitadas.
Pese a los cambios, los primeros minutos de la segunda parte fueron para el Milan, que a punto estuvo de acrecentar su ventaja de no haber sido por una oportuna mano de Dudek a un disparo de Shevchenko. Pero a partir de ahí, el Liverpool comenzó a empujar; en el minuto 53 Alonso abrió para Riise a banda izquierda, el noruego la puso en el área y allí apareció Steven Gerrard para batir a Dida con un espléndido cabezazo (1-3). Dos minutos más tarde, Smicer ponía el 2-3 gracias a un disparo desde fuera del área que Dida rozó sin poder desviar.
En ese momento el Milan comenzó a flaquear mientras que el brío inglés no dejaba de empujar a los italianos hasta su área. Espoleado por el espíritu de la épica, Jamie Carragher se olvidó de su posición natural de central y avanzó hacia el centro del campo con el balón, conectando arriba con Baros, el checo la dejó para un Gerrard que acabó derribado por Gattuso en el área.
La pena máxima fue ejecutada por Xabi Alonso, el disparo fue rechazado por Dida, pero el tolosarra logró anotar en el rechace, culminando la remontada (3-3). A partir de ese momento ambos equipos templaron el partido, y apenas hubo ocasiones hasta el fin del segundo tiempo.
Prórroga de la final de Champions 2005 entre el Spanish Liverpool y el Milan
En la prórroga se hizo evidente el cansancio de los dos equipos: el Liverpool, habiendo perdido su mejor baza -el empuje- cedió el control del esférico para el Milan. Con Gerrard jugando de lateral derecho y Carragher arrastrando la pierna izquierda, el Liverpool logró resistir las embestidas de un rival más fresco y a todas vistas superior.
A muy pocos minutos para el final, Shevchenko tuvo en sus botas en la final gracias a una doble oportunidad que salvó milagrosamente Dudek. Los últimos minutos fueron testigo de como ambos conjuntos hicieron prevalecer una actitud cauta ante la cercanía de los penaltis.
Efectivamente, se llegó a la lotería de los penaltis. Los dos fallos de Serginho y Pirlo lastraron pronto al Milan, que conoció un viso de esperanza cuando Dida detuvo el lanzamiento de Riise. El último lanzamiento correspondió a Shevchenko, que visiblemente nervioso se dirigió hacia el punto de los once metros. Su disparo fue rechazado por Dudek, que se convirtió en el gran héroe de Estambul.
El triunfo del Spanish Liverpool lo fue también del colectivo, de un grupo de jugadores la mayoría de los cuales estuvieron muy lejos de los focos de suelen rodear a las grandes estrellas, pero que demostraron que el fútbol es un deporte de equipo en el que todo es posible.
Alineaciones del Milan vs Liverpool de 2005
El AC Milan salió a la Final de la Champions 2005 con un 11 formado por:
- Dida.
- Cafú – Nesta – Maldini – Stam.
- Pirlo – Gattuso – Seedorf.
- Kaká.
- Crespo – Shevchenko.
El Liverpool salió a la Final de la Champions 2005 con un 11 formado por:
- Dudek.
- Finnan – Carragher – Hyypia – Traoré.
- Luís García – Gerrard – Xabi Alonso – Riise.
- Baros – Kewell.
Plantilla del Liverpool en 2005
Dudek (32 años): el polaco es el caso de uno de esos futbolistas -portero en este caso- de nivel medio que alcanzan la fama gracias a una gran actuación en un partido decisivo. Fichado en el Liverpool procedente del Feyenoord holandés, defendió la meta de los reds durante seis temporadas.
A pesar de ser el gran héroe de la final, la temporada siguiente se vio relegado a la suplencia por Pepe Reina. Fichó por el Real Madrid en 2007, donde jugó 12 partidos en cuatro temporadas (entre ellos, el del famoso ‘Alcorconazo’), retirándose en 2012.
Finnan (29 años): lateral derecho potente y bastante ofensivo, aunque limitado técnicamente. Tras pasar la mayor parte de su temporada en Fulham y Liverpool pasó con más pena que gloria por el Espanyol. Se retiró en el Portsmouth en 2010.
Carragher (27 años): uno de los grandes emblemas del Liverpool en los últimos años. Fuerte, duro y muy disciplinado; defendió la camiseta del Liverpool en 723 partidos. La presencia de Terry y Ferdinand le impidió disfrutar de más minutos con la selección nacional. Tras jugar 16 años en el club de sus amores, se retiró en 2013.
Hyypia (31 años): potente defensa central, cuya elevada altura y buena colocación le permitieron ser una auténtica barrera para los delanteros rivales. Jugó 10 temporadas en el Liverpool, retirándose en el Bayer Leverkusen en 2012.
Traoré (25 años): lateral izquierdo potente pero de nivel muy discreto, siendo muy limitado tanto táctica como técnicamente. En la final cometió bastantes errores y acabó abandonando Anfield la temporada siguiente. Se retiró en el Seattle Sounders.
Xabi Alonso (23 años): poco que decir del que ha sido uno de los mejores centrocampistas de los últimos años. Uno de los principales culpable de que aquel equipo red se recuerde con el nombre de Spanish Liverpool. Jugador muy completo; físico poderoso, tácticamente muy inteligente, buena visión de juego y gran desplazamiento en largo.
Fue uno de los grandes protagonistas de la mejor selección española de todos los tiempos y del Real Madrid que ganó la décima. Le seguirían campañas de muchos títulos domésticos en Bayern de Múnich, donde se retiró.
Gerrard (24 años): leyenda viva del Liverpool, es el jugador que más y mejor recoge los valores que caracterizan al Liverpool. Es un auténtico gladiador, un futbolista que nunca se rinde. Ejemplo paradigmático del box to box inglés; destacaba por su gran despliegue físico, por su polivalencia, su capacidad goleadora, y por su carácter indomable.
Pudo marcharse en varias ocasiones a clubes en los que posiblemente habría ganado más, tanto en títulos como en dinero, pero su fidelidad a la camiseta le hizo permanecer en Anfield. Después de más de 700 partidos y 185 goles, fichó por Los Ángeles Galaxy, donde se retiraría.
Luis García (26 años): centrocampista ofensivo; tras militar en varios equipos llega al Spanish Liverpool de la mano de Rafa Benítez, donde fue titular un par de temporadas. Acudió al Mundial de 2006, pero a partir de ahí su carrera fue cuesta abajo. Se retiraría en el Central Coast Mariners australiano.
Riise (24 años): lateral o interior zurdo; destacaba por su gran potencia física y por su gran disparo, aunque técnicamente era más limitado.
Kewell (26 años): uno de los mejores jugadores que ha dado Australia; era un futbolista que podía desempeñarse como interior o como segundo punta. Su carrera se vio truncada por las lesiones, a pesar de lo cual jugó hasta los 36 años, retirándose en el Melbourne Heat.
Baros (23 años): este delantero checo pertenece a ese extraño grupo de futbolistas que destacan a muy temprana edad pero que nunca llegan a explotar del todo. Tras sorprender a propios y extraños con su fantástica actuación en la Eurocopa de 2004, recaló en el Liverpool, donde nunca alcanzó el rendimiento que se esperaba de él. Actualmente juega en el Banik Ostrava checo.
Smicer (32 años): este mediapunta checo perteneció a una de las mejores generaciones de su país (junto a los Nedved y Poborsky). Tras cinco temporadas en Inglaterra volvió al fútbol de su país para retirarse en 2009.
Hamann (31 años): centrocampista que destacaba por su físico y por su disciplina en el campo. Después de jugar en el Bayern de Múnich desarrolló su carrera en Inglaterra, retirándose en 2011.
Cissé (23 años): al igual que Baros, no alcanzó el nivel que se esperaba de él. Delantero de fortuna, pasó por Inglaterra, Italia, Grecia, Catar, Rusia y Francia.
Sin duda una final para la historia. Recordándolo ahora, por nombres el Milan era mucho mejor (Pirlo, Kaká, Shevchenzo, Crespo, Seedorf, Gatuso, Maldini) que en un Liverpool en el que has citado a jugadores como Finnan, Hamann, Baros, Cisse, Hyppia, Traoré, Smicer, sin una gran trayectoria.
Pero es fútbol, y para mí lo que lo hace tan grande no es la imprevisibilidad y la emoción (que también), sino el hecho de que es el único deporte en el que no siempre gana el mejor. En el que el dominio y la superioridad no significa nada si no aciertas de cara a puerta, y en el que un equipo puede ganar con una simple contra pasándose todo el partido encerrado en su área.
Gracias por tu comentario Alex. Efectivamente, la superioridad en cuanto nombres -y en mi opinión también en lo colectivo- es un aspecto que he tratado de destacar en el artículo, de ahí las referencias individuales a cada jugador.
Totalmente de acuerdo con lo que dices, como ejemplo paradigmático de ese modo de juego se me ocurre la Grecia de 2004; un equipo que se limitaba a defender muy bien y a aprovechar sus oportunidades a la contra.