En Anfield, Liverpool le pegaba 2-0 al Blackburn Rovers. Faltando escasos minutos para la finalización del partido, se avecinaba un debut; un chico al que le colgaba la camiseta con el dorsal 28. Era un joven inglés, que ingresó por Vegard Heggem. Ese acontecimiento marcaría para siempre la vida de Steven Gerrard.
Gerrard debutó en Premier League en 1998, esa misma temporada participó en Copa de la UEFA contra el Celta de Vigo, sin embargo, Steven no se consolidó hasta la temporada 2003-2004. El entrenador en ese entonces, Gerard Houllier, lo convirtió en capitán del Liverpool con 23 años de edad. Gerrard siempre demostró ese liderazgo que se necesitaba para encaminar a la victoria a un equipo con la idiosincrasia y envergadura que caracteriza al Liverpool.
El joven de Merseyside, Liverpool, dejó buenas sensaciones en sus primeras temporadas, un mediocampista todoterreno, que se podía adaptar a lo que empezaba a demandar el fútbol moderno. Recuperaba la pelota, iba siempre para adelante, tenaz, con una pegada de media y larga distancia privilegiada.
En el 2003 tuvo oportunidad de dejar a los Reds y dirigirse a las arcas del magno proyecto del Chelsea con Roman Abramovich. Los Blues ofrecieron 20 millones de libras, pero la perla de Liverpool se quedó a las órdenes del español Rafael Benítez.
Y algo que quedará en la memoria de los aficionados Reds es la final en Estambul en el 2005. El Liverpool se encontraba 3-0 perdiendo contra el AC Milán al medio tiempo, algo sucedió en el vestidor de los de Merseyside y a los 9 minutos del segundo tiempo, Gerrard marcó el primero de aquella épica remontada de los Reds en penales. Steven Gerrard ganaría su única Champions League. Ese mismo año quedaría por detrás de Ronaldinho y su compatriota, Frank Lampard, para ganar el Balón de Oro.
Gerrard seguiría en el Liverpool por muchos años más, llenándonos los ojos de grandes goles y abriendo un puente al fútbol de Estados Unidos. El 7 de enero del 2015 fichó por los Ángeles Galaxy, en donde jugaría únicamente una temporada.
Siempre recordaremos a Gerrard como aquel inagotable futbolista, con esa polivalencia que le caracterizaba al mediocampista inglés, un jugador incansable.