En el Stade de France se presentó un kaiser listo para enfrentar toda la artillería de los Gunners comandados por Thierry Henry, un equipo de un lustro fascinante apodado: “Los Invencibles”. Barcelona remontó 2-1 aquella final de forma heroica con tantos de Samuel Eto’o y Belleti. Así, los catalanes volvieron a ganar la Champions League después de 14 largos años; la trayectoria de Rafa Márquez le llevó a convertirse en el primer mexicano en levantar este trofeo.
Los inicios de Rafa Márquez
Los retos en la trayectoria de Rafa Márquez fueron del nivel de aquella final; su llegada al fútbol mexicano empezó en Guadalajara y fue gracias a un “Loco”. Con la llegada de Marcelo Bielsa al Club Atlas, fue requisito maximizar las redes de captación de talento. Con la misma eficacia que en Newell´s, Rafael Márquez llegó a los rojinegros procedente de Zamora, Michoacán. Otros jóvenes como Jared Borgetti o Pavel Pardo se beneficiaron de la llegada de Bielsa a México.
Su debut llegó en 1996 con 17 años de edad, en manos de Efraín Flores. El michoacano se consolidó con los zorros del Atlas y llegó a una final ante Toluca. La Volpe y sus dirigidos volaron durante el campeonato de 1999. A pesar de la derrota, la afición atlista recuerda ese memorable torneo y a aquel joven de gran calidad en la defensa.
Su llegada a la selección mayor fue un acto del destino. Bora Milutinovic era seleccionador de México en ese entonces y dio a conocer una lista con el apellido Márquez de Atlas en esta. Una confusión, puesto que había dos Márquez en Atlas: César y Rafa Márquez, se desconocía quién era el convocado. Al final, Rafa se afianzó en la Selección de México.
Trayectoria de Rafa Márquez: llegada al viejo continente
Después de una enorme actuación en la Copa América de Paraguay en 1999, fichó por el Mónaco. Los seis millones de dólares pagados por los monegascos fueron retribuidos por el mexicano. En esa temporada ganó la liga francesa y fue elegido como defensa central de la temporada. Su paso fue corto y en 2003 cambió de dirección rumbo a Barcelona.
Con los culés fue parte fundamental de una década ganadora del club. Que comenzó con Frank Rijkaard; hombres como Ronaldinho, Deco, Eto’o, Puyol, Xavi y otros más acompañaron al defensor. La trayectoria de Rafa Márquez se adornó con dos ligas y la UEFA Champions League al mando del holandés. Posterior a eso arribó Guardiola a revolucionar todavía más al club.
Con el catalán, Márquez llegó a jugar de contención, un lugar cómodo para él por su buen posicionamiento y excelente salida. La jerarquía del central fue tanta que tuvo un conato de bronca con un tal Messi que, apenas iniciaba su andar. Pep tuvo que reprender al argentino. Sin embargo todo quedó ahí y el Barcelona ganó títulos de forma abrumadora. El sextete llegó y, con ello, su salida también.
El regreso del Kaiser a América
Los New York Red Bulls fueron su siguiente tache en el mapa. Junto a su compañero Thierry Henry, fueron los primeros en pisar tierras americanas con el fin de jugar al fútbol.
“Me llegó la frustración en Nueva York, estaba acostumbrado a otras exigencias, estaba desencajado. Me arrepentí de ir a Estados Unidos”, declaró el zaguero para ESPN tras anunciar su retiro.
La trayectoria de Rafa Márquez le llevó de nuevo a México con el Club León donde fue bicampeón de Liga MX y reafirmó su estancia con la tricolor para el Mundial de Brasil 2014. Aunque no terminaron en Barcelona sus postrimerías por Europa. Una promesa y sueño de su padre lo hizo recalar en Italia, la liga del buen defender por excelencia. El Hellas Verona lo fichó; logró esquivar el descenso la primera temporada, pero no así en la segunda. Con esto regresó a México para firmar su retiro con su amado club: Atlas de Guadalajara.
Las eminencias de este deporte se marcan por los Mundiales que han jugado o ganado. Rafael Márquez pertenece a ese olimpo por haber disputado cinco mundiales, desde Corea-Japón 2002 hasta Rusia 2018. Márquez forma parte de ese ápice futbolístico de leyendas. El “Kaiser Michoacano” es estrafalario comparado al futbolista de la media, al común. Calidad, profesionalismo, dedicación y clase son las acciones y definiciones que lo distinguen.