Alessandro Del Piero nació en Conegliano, lugar de excelentes vinos situado al norte de Italia, un 9 de noviembre de 1974. Sin ilusiones especiales por ser futbolista profesional, Alessandro jugaba tranquilamente con sus amigos de parroquia. Allí jugaba hasta entrada la noche gracias a un pequeño sistema de electricidad que su propio padre diseñó.
Su primer equipo de fútbol fue el San Vendemiano, donde jugaba de portero por órdenes estrictas de su madre, ya que era la posición en el terreno de juego donde “era más probable que no saliera lastimado”. Un sacerdote, que a su vez era el presidente del club, fue su primer valedor, al convencer a los dirigentes del Calcio Padova para adquirir al joven jugador. En 1992, con 16 años, debutaría en la Serie B. Sólo 14 partidos y 1 gol después, la Juventus, el gran amor de su vida, llamaba a su puerta.
Del Piero, leyenda de la Juve
Tras ser rechazado por el Milan, Alessando se incorporó a la Juventus en 1993 gracias a las negociaciones llevadas a cabo por Giampiero Boniperti, por aquel entonces presidente del club y actualmente presidente de honor. Empezó jugando en el equipo B, pero pronto demostró que se le quedaba pequeño. En esa su temporada de debut con los bianconeros, sus apariciones con el primer equipo ya fueron constantes, un total de 14 partidos y 5 goles, incluido un hat-trick frente al Parma.
La temporada 94-95 Del Piero estuvo muy cerca de irse cedido al Parma, para adquirir más minutos. Sin embargo, el joven Alessandro confiaba en sus posibilidades y decidió quedarse y convencer a Marcello Lippi, nuevo entrenador juventino, de que podía ser importante desde ya. No era tarea fácil, si tenemos en cuenta que los delanteros titulares por entonces eran Fabrizio Ravanelli y un tal Roberto Baggio.
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Sin embargo, una lesión de “Il Divino”, llevó a Lippi a otorgarle la titularidad a Del Piero, que se convertiría en un jugador clave para la consecución del doblete doméstico de la Juve. El 25 de marzo de 1995 debutó con la selección italiana en la clasificación para la Eurocopa de 1996, para la que también sería convocado, cayendo en primera fase.
Al final de esa temporada, todos en el club tenían claro que el futuro del equipo pasaba por “Pinturrichio”, de modo que decidieron vender a Baggio ese verano, decisión poco apoyada por una afición que tenía dudas sobre lo que el joven podía aportar. Dudas que quedaron resueltas cuando Del Piero, con sólo 21 años y el dorsal 10 a la espalda, condujo a la Vecchia Signora al título de Liga de Campeones. La historia de amor entre Alessandro y la Juve había comenzado, y ya nada podría romperla.
De la mano del 10, los éxitos se seguían acumulando en la vitrina. En la temporada 96-97, el equipo ganó el Scudetto, la Copa Intercontinental con gol de Del Piero a 9 minutos del final y la Supercopa de Europa. En Champions, caerían en la final ante el Borussia por 3-1 pese al golazo de tacón de Alessandro. En la temporada 97-98, ganaron la Liga y la Supercopa italiana, pero volverían a caer en la final de la Champions, en este ocasión por 1-0 ante el Madrid. Esa fue la mejor temporada de Del Piero en cuanto a goles, con 21 en 32 partidos de Liga y 10 en 10 partidos de Champions.
Dentro del cuento de hadas de Del Piero, no todo fueron momentos agradables. En la temporada 98-99 se fracturó la rodilla izquierda (ligamentos anteriores y posteriores). 9 meses de lesión y una firma de renovación de contrato por medio, con subida salarial acorde al status de crack e ídolo del equipo. El verano anterior participó en el Mundial de Francia, pero con un papel no protagonista, renqueante de una lesión producida ante el Real Madrid en la final de la Champions 97/98. La selección transalpina caería en cuartos ante Francia. Regresó a los terrenos de juego con la Juventus en la siguiente temporada, ya bajo las órdenes de Carlo Ancelotti. En su primer partido tras la lesión, dio una asistencia y anotó el gol. Pero algo había cambiado. Su ritmo de juego no era el mismo y sólo anotó 9 goles en liga (8 de penalti). El técnico italiano empezó a ser muy cuestionado por no sentar a Alessandro. Los resultados tampoco acompañaban, por lo que los dirigentes del equipo volvieron a darle los mandos a Lippi para la temporada 2001-02. Antes de eso, participó en la Eurocopa 2000, cayendo en la final, ante Francia nuevamente.
Y de la mano de Marcello, Del Piero volvió a ser decisivo. 16 goles en el campeonato y el cuarto Scudetto conseguido en su carrera así lo demostraban. Ese verano disputaría el Mundial de Japón y Corea, cayendo en octavos ante la anfitriona Corea del Sur. En la siguiente temporada, la 2002-03, Del Piero volvió a repetir cifra en el campeonato italiano, al mismo tiempo que condujo al equipo a un nueva final de Champions, en este caso para enfrentarse al Milan. Perderían el partido en la tanda de penaltis. Alessandro tampoco tuvo suerte con Italia en la Eurocopa 2004, donde cayó en fase de grupos.
Para la temporada 2004-05, la Juve contrata a Fabio Capello. El club vivió buenas temporadas al abrazo del nuevo entrenador, ganando dos Scudettos de forma consecutiva. Sin embargo, no fueron los mejores tiempos de Del Piero. A pesar de buenas actuaciones y un gran número de goles, Alessando no era titular indiscutible, debido a la llegada de Zlatan Ibrahimović. Al final de la temporada 2005-06, la Juventus fue relegada a la Serie B debido al escándalo de partidos amañados. Del Piero ni se planteó otra opción que no fuese continuar en el equipo y se mantuvo fiel a los colores, al igual que otros jugadores como Gianluigi Buffon, Pavel Nedved, David Trezeguet y Mauro Camoranesi. En ese verano, alcanzaría su mayor éxito con la selección transalpina, al coronarse campeón del mundo en el Mundial de 2006, en un torneo en el que fue de menos a más, anotando goles decisivos en las semifinales ante Alemania y en la tanda de penaltis de la final ante Francia. De vuelto a su club, el calvario de la Vecchia Signora sólo duró una temporada, consiguiendo ascender al primer intento con Del Piero como máximo goleador de la competición, con 21 tantos.
De regreso a la Serie A, el equipo pasó a ser dirigido por Claudio Ranieri. En esa temporada, la 2007-08, Del Piero volvería a igualar su récord histórico de goles, con 21, para ser el capocannonieri. En verano, acudió a una nueva llamada de la selección, para disputar la Eurocopa 2008, cayendo eliminado en cuartos ante España en la tanda de penaltis. Las temporadas 2008-09, 2009-10 y 2010-11 no fueron especialmente buenas para el binomio Juve-Del Piero. Numerosos cambios en los banquillos y 0 títulos. Alessandro seguía siendo el líder, pero mermado por las lesiones cada vez más. Se acercaba su despedida del club. Antonio Conte se hizo cargo del equipo para la temporada 2011-12, que trajo un nuevo título liguero a las vitrinas. Del Piero colaboró a ese título con 23 partidos y 3 goles. Sería la despedida ideal para Pinturrichio. El 13 de mayo de 2012 jugaría su último partido de liga con la Juventus, anotando un gol en la victoria por 3-1 frente al Atalanta.
El Del Piero post-Juve: Sydney FC y Delhi Dinamos
Del Piero se mudó con su calidad a Australia, donde defendió durante dos temporadas la camiseta del Sydney Football Club, sumando un total de 48 partidos y 24 goles. Su impacto en la liga fue tremendo y en su segunda temporada ya era capitán del equipo. Sin embargo, los éxitos deportivos no le acompañaron. Al final de la temporada 2013-14 comunicó que no renovaría su contrato y firmó por el Delhi Dynamos indio, donde se retiraría.
Del Piero posee una gran cantidad de récords con la Juventus, club al que siempre estará unido. Es el jugador que más veces ha defendido su camiseta en la Serie A con 478 encuentros y también el que más en total, con 705. Es su máximo goleador en la Serie A con 188 goles e histórico, con 290. Así como el jugador con más títulos (16) y más temporadas disputadas (19). Fue capitán durante 11 campañas y sus dirigentes propusieron retirar su dorsal, el 10, a lo que él, humilde como siempre, respondió: «No quiero que se retire, quiero que los niños sigan soñando vestir esa camiseta algún día. Espero que los que la usen, tengan una carrera tan fantástica como la mía».
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Una verdadera leyenda y un crack de los que cada vez escasean más.