¿El último baile de Dwyane Wade?

Hace unas semanas aparecieron los rumores: puede que esta sea la última campaña de Dwyane Wade en la NBA. La vuelta a Miami tras el fracaso de la aventura en Cleveland quizá sea la despedida que el escolta necesita tener con su afición. Por ello, a continuación analizaremos la carrera de uno de los mejores escoltas del siglo XXI, jugador referencia en la NBA desde su llegada en 2003.

La carrera de Dwyane Wade

Universidad de Marquette (2001-2003): explosión tardía

Su primer año fue en blanco. Los estudios no le permitieron practicar su deporte en su año de debut en la universidad. Pero en el segundo ya fue un fijo. Se hizo con los galones y rápido pasó a ser la estrella del equipo. En esta segunda temporada, Wade fue elegido All-American por la asociación de prensa.

En la tercera temporada, Wade llevó a su equipo hasta la Final Four. Pese a caer ante Kansas, el escolta ya había demostrado todo su potencial, siendo nombrado de nuevo All-American. Aquellas dos temporadas le sirvieron para convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia de la universidad, en la que ostenta el segundo mejor registro de puntos por partido.

La camiseta número 3 Marquette, retirada en homenaje a Dwyane Wade.
La camiseta número 3 Marquette, retirada en homenaje a Dwyane Wade. foros.acb.com

Tal es la importancia de Wade en Marquette que años después, en 2007, su dorsal fue retirado, siendo el único jugador que tiene este honro sin haber terminado sus estudios. Una auténtica institución en la universidad de Milwaukee.

Miami Heat (2003-2016): soy leyenda

Miami-Wade. Wade-Miami. Pocos matrimonios NBA han sido tan duraderos como este, y pocos han logrado tan cantidad de éxitos como el formado por el equipo de Florida y el escolta de Chicago. Pasase quien pasase, ‘Flash’ no se separaba de los Heat.

Llegó en 2003 en la posición nº5 del Draft (aquel Draft histórico en el que llegaron LeBron, Carmelo o Bosh, entre otros). Y desde el inicio se hizo con el equipo. La química fue brutal, y Miami, que hasta entonces no había vivido momentos memorables, comenzó a sonreír pensando que aquel jugador podía cambiar sus tornas.

Y así lo hizo. La imagen de la franquicia mejoraba con el paso de los años hasta que, en 2006, consiguieron el tan ansiado anillo. Lo hizo junto a un compañero excepcional: Shaquille O´Neal llegaba en 2004 para ayudar a Dwyane Wade en la consecución del título. Pero el jugador interior no pudo eclipsar a un Wade que se alzaba con el trofeo de MVP de las finales. Apenas un año después, el pívot dejaba a Wade solo, en una etapa de travesía hasta su siguiente título. Porque lo mejor, sin duda, estaba por llegar.

La llegada de Shaq a los Heat le dio su primer anillo a Wade, MVP de aquellas finales.
La llegada de Shaq a los Heat le dio su primer anillo a Dwyane Wade, MVP de aquellas finales. miamiherald.com

El verano de 2010 es, hasta el día de hoy, el que más expectación ha generado en torno al traspaso de un jugador: LeBron James era agente libre, y toda la NBA se pegaba por El Rey. Y la suerte cayó en Miami: LeBron se juntaba con su gran amigo Wade, y llegaba con Bosh de la mano, para formar el gran ‘Big Three’ del momento. Y aquello pudo ser mejor, pero sin duda, es algo inolvidable. En los cuatro años en que el conjunto disfruto de los tres, alcanzó las finales en todas las temporadas. Sin embargo, «solo» logró la consecución de dos campeonatos en ese período.

El "Big Three" de Miami, James-Wade-Bosh, dio alegrías y espectáculo.
El «Big Three» de Miami, James-Wade-Bosh, dio alegrías y espectáculo. marca.com.

Por encima de los títulos, lo que quedó en la retina del aficionado fue la sensación de que pocos equipos habían sido más espectaculares que el de aquellos años en Miami. El juego ofensivo, dinámico y lleno de jugadas espectaculares hacía alucinar a los aficionados en cualquier encuentro. La alegría cesó cuando LeBron decidió volver a Cleveland, para cumplir la deuda que tenía con la ciudad. Bosh y Wade siguieron juntos, hasta que el ala-pívot tuvo que dejarlo por una enfermedad respiratoria. La salida de ‘The King’ le quitó a la franquicia (y a Dwyane Wade) la posibilidad de lograr un nuevo anillo de campeón.

Chicago Bulls (2016-2017): profeta (fallido) en su tierra

Quizá el cuerpo le pedía un cambio de aires. Quizá estaba ya cansado de Miami y la ajetreada vida que se da en este lugar. Quizá fue la situación personal que vivía fuera del baloncesto. O quizá fueron las ganas de demostrar que podía triunfar fuera de Florida. Y qué mejor sitio que allí donde nació.

Dwyane Wade llegó a los Bulls en el verano de 2016 con el objetivo de recuperar una franquicia que había perdido el esplendor de años pasados. Se unía a otro gran alero de la conferencia, Jimmy Butler, para intentar asaltar el Este y tener alguna opción de, por lo menos, llegar a la final de la Conferencia.

Jugar en su casa, Chicago, no salió como a Wade le hubiera gustado.
Jugar en su casa, Chicago, no salió como a Dwyane Wade le hubiera gustado. ftw.usatoday.com.

Aduras penas se alcanzó la octava plaza que daba permiso a jugar la postemporada. Ante Boston Celtics, dos primeros zarpazos de Chicago dieron ilusiones a una posible sorpresa. Pero el orgullo céltico se sobrepuso y se deshizo de los de Illinois. Wade acabó promediando casi 30 puntos, pero con sensaciones encontradas. escucharía ofertas en verano, y su salida era más que probable.

Cleveland Cavaliers (2017-2018): de nuevo con LeBron

Tras la etapa sin éxito en Chicago, Wade se encontraba de nuevo en medio de una encrucijada. Seguir en la ciudad que el vio crecer, intentando mejorar la imagen antes dada; o cambiar de aires, buscando un nuevo reto que le acercase a su cuarto anillo. Y apareció la salvación: su gran amigo LeBron James requería de sus servicios para los Cavs. El objetivo era claro: ganar a los Warriors y conseguir un nuevo título para la franquicia de Ohio.

Nada salió como se esperaba en los Cavs para Wade.
Nada salió como se esperaba en los Cavs para Dwyane Wade. uproxx.com

Los Cavaliers habían perdido a Kyrie Irving, que se había mudado a Boston, dejando Cleveland sin su segunda gran estrella. La recuperación iba a ser difícil. El inicio fue penoso: derrotas inexplicables y una imagen incomprensible del equipo capitaneado por ‘The King’. Recuperaron la forma con una racha estratosférica, que les acercaba a unos Celtics que habían comenzado como un tiro. Pero los Cavs no se asentaban. Derrotas ante rivales inferiores, mala relación en el vestuario y un LeBron obligado a tirar él solo. Solo se veía una solución: cambiar los mimbres. Tardaron en hacerlo, pues esperaron al último día del mercado de traspasos, pero lo hicieron: Crowder, Thomas, Rose, Frye, Shumpert y Wade abandonaban el barco. El escolta de Illinois lo hacía a cambio de una segunda ronda del draft, lo que parecía ser un claro trato entre Wade y la franquicia. Volvía a Miami, volvía a casa.

Miami Heat (2018-presente): como en casa en ningún sitio

Lleva pocos partidos en los Heat, en esta segunda etapa, pero parece que nunca se fue. Ha recuperado las sensaciones, vuelve a ser el líder del vestuario y sus números se asemejan a los que ofrecía en Chicago como jugador franquicia. Saliendo desde el banquillo, principalmente por el buen engranaje que había conseguido Spoelstra, Wade da minutos con muchos puntos y garantías ofensivas. Parece cómodo en el papel de referencia de la segunda unidad de los de Florida. Aún quedan partidos de la temporada regular, pero lo más seguro es que veamos a Wade un año más en Playoffs.

Wade está recuperando sensaciones en su "vuelta a casa", Miami.
Dwyane Wade está recuperando sensaciones en su «vuelta a casa», Miami. heatnation.com

Es evidente que Dwyane Wade está en el tramo final de su carrera. Ya no es el jugador que un día fue. Ni siquiera su presencia en Miami hace que su equipo aumente sus posibilidades de alcanzar el título. Pero sigue dejando destellos de calidad baloncestística en cada pabellón en el que juega. El mejor escolta en lo que llevamos de siglo (con permiso de Kobe) ve como su tiempo en la NBA se acaba, pero mientras ‘Flash’ siga corriendo, nosotros seguiremos disfrutando.

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