El futuro del deporte universitario

Si hay algo que podemos envidiar y al mismo tiempo no soportar de los americanos, es su capacidad y habilidad para hacer de todo un show. Y solo hay un sector que es capaz de organizar uno de tantos o más millones como el que protagoniza Hollywood: el deporte. En base a todo esto, analizamos el futuro del deporte universitario.

En el sistema deportivo americano se aprecian muchas diferencias a cómo se trata u organiza el deporte en el resto del mundo. Las franquicias están controladas por un órgano deportivo, que revisa que se estén cumpliendo todas las reglas para garantizar una competición justa, igualitaria y competitiva. Pero a veces demasiado poder tiene como consecuencia la discusión de si se está realizando un buen trabajo en ese control. En el caso de American Football, NFL, hemos visto en más de una ocasión óomo Roger Goodell acapara todo el poder y a veces puede ser contraproducente, como la sanción a Brady u otros temas extra deportivos.

El gran debate: ¿deben los deportistas universitarios ganar dinero?

Eso genera uno de los debates nacionales más importantes en USA, el si los jugadores universitarios que están en un programa deportivo, deberían tener el derecho de poder ganar dinero explotando su nombre o su marca. El órgano que regula el sistema deportivo universitario es la National Collegiate Athletic Association, más conocida como la NCAA. Esta tuvo el año pasado unos ingresos de algo más de $1B, siendo un 82% proveniente de la Division I.

Y según uno de los artículos impuestos por la NCAA, los atletas no pueden obtener ninguna cuantía económica por sus derechos de imagen, de nombre o de marca. Este artículo dice así:

“Los atletas no pueden usar su nombre o su imagen para publicitar, recomendar o promocionar directamente la venta de un producto comercial o servicio de cualquier clase”.

Wells Fargo Arena durante el March Madness
El Wells Fargo Arena, durante el March Madness. Imagen de Phil Roeder.

Es un tema muy comentado tanto por aficionados, periodistas, políticos y, sobre todo, jugadores profesionales. Varios de ellos consideran que al moverse esas cantidades de dinero, los jugadores no pueden irse a casa con los bolsillos vacíos. La mayor parte de esos ingresos provienen de los derechos de emisión por TV, y acaban en las manos de las propias universidades para poder otorgar becas universitarias a los jugadores. Se critica que las universidades invierten ese dinero en mejorar sus instalaciones, sus programas deportivos, sus entrenadores, pero no en pagar a los jugadores.

La nueva ley en California

Pero todo eso puede empezar a cambiar con la nueva ley en California. El gobernador Gavin Newsom firmó la ley que permite a los jugadores contratar a un agente y obtener dinero por contratos con marcas de zapatillas, bebidas, coches, etc. Bajo esta nueva ley que va en contra de todo lo que la NCAA defiende, los jugadores no pueden tener un salario por parte de la universidad, pero ahora al poder ganar dinero vía marketing, no se les podrá quitar su beca deportiva si consiguen un acuerdo comercial, siempre y cuando ese contrato no sea contradictorio con alguno de los contratos que tiene la universidad.

El gobernador Newsom firmó esta nueva ley, que pretende hacerse efectiva en 2023, en el programa de LeBron James, en la HBO y la defendió con los siguientes argumentos:

“Otros estudiantes universitarios con talento, tanto si es por la literatura, música o innovación tecnológica, pueden monetizar sus habilidades y esfuerzo. Por otro lado, los atletas tienen prohibido tener cualquier tipo de recompensa mientras sus respectivas universidades están ganando millones, a menudo a costa de su salud, y carreras profesionales”.

“Cualquier otro estudiante pueden crear un canal en YouTube y empezar a ganar dinero. El único grupo que no puede son los atletas, ¿por qué no?”

Gavin Newsom, gobernador de California
Gavin Newsom, gobernador de California Imagen de JD Lasica.

Como respuesta a una acción muy esperada, LeBron tomó el testigo de la palabra y dijo que este era el momento para la NCAA de actuar. Y eso es cierto, pues si no lo hace, se arriesga a perder el control y poder sobre la competición nacional.

Posibles consecuencias de este cambio

Pero previamente a la firma, la NCAA ya había amenazado con suspender a las universidades de California en cualquier competición nacional o estatal, significando la pérdida de universidades tan importantes como UCLA, USC, Stanford o Berkeley. Todas las universidades del estado más importante del país se verían afectadas si la NCAA llegara a aplicar estas sanciones.

“Simplemente no creo que lo hagan. No pueden permitirse echar a todas las universidades de California, que representan a un estado de 40M de personas y la quinta economía más importante del mundo. No pueden permitirse eso” declaró el gobernador.

“La televisión y la prensa no pueden permitirse no tener a California participando en los torneos nacionales.”

Pero el cumplimiento de esas sanciones por parte de la NCAA, podría suponer un terremoto en la concepción del deporte universitario. Y es que, según varios análisis de la California State Assembly, varias universidades de California podrían tener pérdidas valoradas en decenas de millones de dólares, con lo que el sistema educativo estatal se vería afectado. Para evitarlo, varias universidades importantes, como Stanford o USC, presionaron junto a la NCAA y la PAC-12 (una de las conferencias en la que están 4 universidades de California) para que no se aprobara la ley. Ahora que esta finalmente se ha aprobado, las universidades se enfrentan al riesgo de perder la marca mediática que les suponía más de $100M anuales.

¿Fin de los programas deportivos en las Universidades?

Para las universidades vetadas podría no solo suponer pérdidas económicas, sino la cancelación de todos los programas deportivos que se incluyen en la universidad. A parte del Football y Basketball, los otros deportes apenas consiguen generar dinero. Sin los ingresos que provienen de estos dos deportes, no se podrían mantener los otros económicamente hablando. Otra de las consecuencias sería su incapacidad de atraer talento universitario, puesto que muchas de estas universidades son conocidas mundialmente gracias a sus momentos de primetime de los programas deportivos.

Zion Williamson con Duke
Zion Williamson, con Duke. Imagen cedida por Keenan Hairston.

La NCAA, por su parte, no ha vuelto a informar si vetar a las universidades sigue siendo una posibilidad real, pero sí que ha cargado duramente contra el gobernador. Esta entiende que, ante las numerosas quejas que este tema ha suscitado, se estaban haciendo medidas para llegar a un cambio común. El ejemplo es el de Zion Williamson, que no podía cerrar ningún acuerdo de zapatillas hasta llegar a la NBA.

La asociación emitió un comunicado mencionando que se estaban planteando ciertos cambios en la legislación y que podían esperarse para octubre. Si finalmente los cambios que se realicen se producen en el mismo marco que la ley de California, el gobernador ya ha dejado claro que retiraría la ley. La intención de la NCAA es la de emitir una serie de cambios que se puedan aplicar a los más de 1200 programas universitarios nacionales de primera división en los distintos deportes.

¿Y si la NCAA pierde poder?

Si la NCAA no consigue convencer tanto a los aficionados como a los políticos, se enfrenta a una escalada de acontecimientos. Eso es porque ya son varios los estados que han dejado claro que tienen previsto declarar la misma ley que ha pasado por California. En Carolina del Sur ya se está planteando la posibilidad de redactar una ley parecida para el año que viene, mientras que en Carolina del Norte ya se ha introducido la ley a principios de este año. Otro de los lugares que se están planteando tomar este camino es Brooklyn. Su representante en el senado iría más allá, pidiendo un salario para los jugadores del 15% del dinero generado por entradas.

Como opinión personal, considero que es un cambio favorable, pero que tiene o debería tener muchos inconvenientes. Si los jugadores pueden ganar dinero, se les deberían retirar las scholarships. Ahora ya no poseen ninguna ventaja respecto al resto de estudiantes, a pesar de sí tenerla con la universidad. Parte del dinero que ganarían por merchandising sería por su nombre, pero también está relacionado con la visibilidad que aporta la universidad.

Me parecen muy interesantes las palabras que dijo Glenn Robinson III, alero de los Warriors sobre este tema:

“Hemos estado bromeando que todos los niños van a crecer queriendo ir a la universidad en el estado de California a partir de ahora. Mucha gente está despertando y viendo que la NCAA y las universidades están ganando tanto dinero gracias a los jugadores. Cuando fui a la universidad, muchos jugadores no podían permitirse pagar la comida”.

Glenn Robinson III, con Michigan State
Glenn Robinson III, con Michigan State Imagen de Adam Glanzman.

¿Una NCAA desequilibrada?

¿Qué puede significar que ahora los jugadores quieran ir todos a California? ¿Puede esto desequilibrar la competición al tener estas universidades más opciones de conseguir los mejores recruits de cada generación? Por eso la NCAA debe llegar a un acuerdo, bien con los estados o la asociación de jugadores de college, y mantener la competitividad. Creo que lo que podría pasar sería más cercano a las palabras que dijo el ex quarterback de la Universidad de Florida, Tim Tebow:

“Creo que, si no se introducen cambios en la competición y se sigue el camino de California, acabaría en una actitud de solo me importa lo mío, y por ello dar la espalda a los aficionados. Sería como la NFL, y perderíamos el atractivo del college, que es como consigue la unión de toda la universidad con el equipo.”

Por último, estos años estamos viviendo muchos casos de “corrupción” en las universidades, siendo muchas las investigaciones del FBI que han salido a la luz. Estas, demuestran que varias universidades pagan a los jugadores o a las familias para conseguir algunos de los mejores jugadores. Si eso ya pasaba antes, ahora podrían incrementarse los casos de este tipo de actos. La única alternativa para universidades de bajo nivel de atraer buenos jugadores, sería convenciéndoles que viniendo a ese estado podrán ganar lo mismo que en California. Por otro lado, habría que estudiar qué contratos de merchandising estarían bien vistos. No es lo mismo patrocinar una marca de ropa que una casa de apuestas, y eso puede acabar ensuciando al deporte universitario.

Esta nueva ley en California promete dar un giro de 180 grados en la forma de tratar el deporte universitario en América. Ahora, la pregunta es si se podrá llegar a un acuerdo común, o cada estado aplicará sus propias leyes. Desde luego, supone un cambio para el deporte femenino o para los miles de atletas que no tienen la oportunidad de llegar a la NBA.

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