Todos recordaremos a aquel delantero brasileño que jugaba en el Villarreal por el 2010 llamado Nilmar, con un gran talento y olfato goleador que le llevó al punto de mira de los grandes equipos de todo el mundo, hasta que, de repente, desapareció del panorama.
Hoy le recordamos y traemos una historia que merece ser contada, no tanto por el tema futbolístico, sino por lo que ilustra acerca de la vida de los futbolistas y de los deportistas de élite en general. Un mundo que nos suele quedar muy lejano y nos genera una visión bastante falsa de lo que realmente es.
Este es el caso de un futbolista prometedor que dejó muy pronto su continente para llegar a Europa y poder triunfar. La fama le llegó e hizo sus estragos. En el punto álgido de su carrera, prefirió ganar dinero antes que seguir cumpliendo su sueño y sufrió las consecuencias. Una fuerte depresión le afectó durante el resto de su carrera hasta retirarse, a la corta edad de 32 años. A pesar de todo, hoy se siente orgulloso de haber podido dejar atrás sus problemas mentales y agradecido a su entorno por su ayuda.
Nilmar y un prometedor futuro
Nilmar comenzó su carrera en la cantera del Internacional de Porto Alegre. Con solo 17 años, despuntaba en el club brasileño. Jugó 30 partidos y marcó 10 goles. Además, jugaba en las categorías inferiores de su selección, siendo campeón de la Copa del Mundo Sub 20. Meses después, debutó con la selección absoluta, quedando subcampeón de la Copa Oro.
El Olympique Lyon puso sus ojos en esta joven perla y se la llevó. Antes de cumplir la mayoría de edad, ya jugaba para uno de los mejores clubes de Europa por aquel entonces. De hecho, se hizo con la Ligue 1, en la que debutó con un doblete saliendo desde el banquillo. A pesar de sus buenas sensaciones, no llegó a ganarse la titularidad en el equipo lionés. Aún le quedó mucho por demostrar.
Tras acabar la temporada con el club galo, marchó cedido al Corinthians, equipo que, más tarde, acabó haciéndose con sus derechos. Sin embargo, no mostró su mejor versión y retornó a coste 0 al Internacional, donde volvió a demostrar su calidad y su capacidad goleadora, marcando, en dos temporadas, 38 goles. Esto lo llevó a convertirse en el fichaje más caro de la historia del Villarreal.
La explosión de Nilmar en el Villarreal
Tras resurgir en su país natal, el Villarreal «tiró la casa por la ventana» y se gastó 16 millones de euros en este delantero brasileño. Tenía aún 24 años, y estaba en un nivel de forma espectacular, pero era hora de verlo de nuevo en una de las grandes ligas europeas. Nilmar se convirtió en el fichaje más caro de la historia de un Villarreal plagado de estrellas como Robert Pirés, Diego Godín, Capdevila o Giuseppe Rossi.
Nilmar en la temporada 2009-2010
Fue posiblemente la temporada de explosión de su carrera, en la que firmó como estadísticas:
- 44 partidos.
- 12 goles.
- 9 asistencias.
En aquel momento, el submarino amarillo tenía un proyecto espectacular. Año tras año, acababa la competición liguera en puestos de Champions o Europa League. Nilmar llegó a uno de los equipos de más nivel de la Primera División Española. En su primera temporada se ganó la titularidad, y no defraudó; marcó 12 goles y dio 5 asistencias en los 44 partidos que disputó.
Su gran estado de forma le permitió ser convocado por Dunga para ir con su selección al Mundial de Sudáfrica. Ya en el anterior verano fue convocado para la Copa Confederaciones, proclamándose campeón, y, en la ronda clasificatoria para el Mundial, marcó 5 goles en 4 partidos, con hat-trick incluido ante Chile. En Sudáfrica no pudo demostrar del todo su potencial; solo fue titular en el partido ante Portugal y acabó 0 – 0.
Su mejor temporada y la lesión que lo cambió todo
En su segunda temporada, mejoró sus registros goleadores: 18 goles y dos asistencias, siendo, además, artífice de una de las mejores participaciones de su equipo en la UEFA Europa League, llegando a semifinales. El equipo groguet quedó a un solo paso de la final, pero un gran Oporto le dejó sin el sueño.
En la siguiente temporada, todo empezó a torcerse. Una lesión de rodilla en octubre de 2011 le dejó sin jugar hasta diciembre. Aunque solo fueron dos meses sin jugar, la espectacular forma de Nilmar se perdió. Dejó de demostrar sus grandes cualidades y no se pudo reconocer la estrella de los años anteriores. Esto se convirtió en una serie de partidos fatídicos, suplencias e incluso ‘banquillazos’.
Cada vez disputó menos minutos, y los pocos que tuvo no los llegó a aprovechar. Solo marcó 4 goles en la temporada, y su mala situación en el club le hizo replantearse su futuro.
La desaparición de una estrella, el Nilmar post-Villarreal
A pesar de aquella mala temporada, Nilmar tenía una gran cantidad de «novias» por toda Europa. El ariete brasileño fue capaz de demostrarle al mundo el gran talento que poseía, y aún tenía 27 años, por lo que le quedaba mucho fútbol por jugar. Sin embargo, en medio de su exitosa carrera se interpuso el fútbol árabe. Llegó el Al Rayyan con 10 millones de euros bajo el brazo y un gran sueldo que muchos equipos no le podían dar, y la operación se cerró.
En el equipo catarí jugó, en su primera temporada, 26 partidos, y marcó 17 goles. Sus números fueron de escándalo. Marcó hasta dos hat-tricks en la misma temporada. La siguiente campaña, inexplicablemente, su rendimiento decayó, y marcó solo dos goles en 15 partidos. Fue entonces cuando el El-Jaish, también catarí, se lo llevó por 8 millones. Allí solo jugó media temporada, marcando 6 goles en 9 partidos.
Tras su periplo por Catar, volvió a su país, al equipo que le vio crecer, el Internacional, a coste 0. Había pasado tan solo un año, pero en ese tiempo pasó de valer millones de euros y poder seguir triunfando en Europa a llegar libre a su equipo de procedencia. Prefirió ganar dinero a triunfar en la élite, y sufrió las consecuencias. Allí, en Brasil, jugó lo que quedaba de temporada, marcando incluso un gol en su primera titularidad, y una temporada completa en la que no hizo mucho ruido.
Desesperación y depresión: la verdadera superación de Nilmar
De nuevo, la carrera de Nilmar volvió a dar un vuelco. Esta vez, se marchaba al Al Nasr Dubai, a la liga de los Emiratos Árabes. Allí jugó hasta 38 partidos, y marcó 16 goles. Parecía que el ‘killer’ brasileño volvía a coger forma, pero en detrimento de su estado mental. Cada día, el que fuera una estrella del fútbol, se sentía más desesperado por jugar y poder ser el jugador que todo el mundo esperaba, hasta que perdió por completo sus ganas de jugar.
Sufriendo estos problemas, el Santos confió en él, en sacar su mejor versión. Nada más lejos de la realidad. Tras jugar dos partidos, pidió la baja por depresión. Contó el mismo jugador que sentía ansiedad por volver a jugar, que no encontraba la felicidad en nada, ni siquiera en su familia; no tenía fuerzas para jugar, y solo podía llorar. Tras haber sido ayudado por profesionales, afirma que ha mejorado, también gracias a su familia, con quien puede pasar ahora el tiempo que antes no podía, a causa de los viajes. Hoy día, a sus 35 años, ve lejos su vuelta a los terrenos de juego. Tiene ofertas, pero ninguna le ha llamado la atención para volver a sentirse futbolista.
La lucha contra el estereotipo de la perfección
Nilmar es uno de tantos testimonios de deportistas que se han visto afectado por el mundo de la élite. Ya sea por la presión, o por las malas decisiones, o por otros de los tantos factores que afectan en la vida de un deportista, los jugadores se alejan del estereotipo de perfección que les rodea y se sienten frágiles y perdidos. Se demuestra así que la vida de los futbolistas no es nada fácil, y mucho menos bonita, aunque tengan muchísimas cosas buenas. A veces se nos olvida que ellos son también personas y tienen problemas.
Ni mucho menos es Nilmar el único deportista que ha sufrido (y vencido) la depresión. Son muchos los que se han hecho fuertes frente a este problema de salud mental (ya os hablamos sobre Jardel), y aún nos quedan muchos casos por conocer, aunque algunos ni siquiera lo llegarán a hacer público. Sin embargo, este es un caso que me llamó la atención, porque aún le recuerdo marcando goles en uno de los mejores Villarreal de la historia, y de repente desapareció. Quise saber de él y me encontré con esta historia, merecedora de ser compartida. Hoy solo puedo sentir pena de ver cómo ha acabado, pero me alegra enormemente saber que el gol más importante de su vida ha sabido marcarlo.