John Aldridge: el primer extranjero en Atotxa

John Aldridge: el primer extranjero en Atotxa

Corría el convulso año de 1989 cuando un joven llamado Loren Juarros decidió enfundarse la camiseta del eterno rival del club donostiarra: el Athletic Club de Bilbao. Tal vez no parezca ser un punto de inflexión en el devenir histórico de una entidad de tal envergadura, pero sí lo fue. A partir de este hecho, la Real Sociedad tomaría una decisión sustancial, un giro de ciento ochenta grados en su trayectoria como club, ya que dejaría de jugar únicamente con jugadores que hubieran nacido o crecido en un límite territorial determinado.

Su primer fichaje extranjero no podía ser cualquiera, debía asegurar un amplio consenso en la esfera del Estadio de Atotxa, es decir, que nadie dudara del acierto que suponía el nuevo rumbo que había tomado el club. En este contexto apareció la figura de John Aldridge, un jugador procedente del Liverpool, a quien dos años atrás encomendaron la complicadísima tarea de suplir a Ian Rush en la delantera de los reds. Y así lo hizo, marcó 63 goles en sus 104 partidos disputados con la camiseta de uno de los equipos más míticos del fútbol británico. Pero la vuelta del antes mencionado Rush y la llegada de Kenny Dalglish al banquillo llevaron al bueno de John Aldridge a hacer las maletas rumbo a San Sebastián.

John Aldridge conduce el balón en el mítico Estadio de Atotxa.
John Aldridge conduce el balón en el mítico Estadio de Atotxa.

Tras su aterrizaje, la sintonía que mantuvieron Aldridge y un campo tan inglés como el viejo Atotxa, y su eufórica y entregada afición, fue total. La simpatía y el carisma del nueve anglo-irlandés aún es recordada con mucha estima entre los hinchas guipuzcoanos. Sus números, además, siguieron siendo sobresalientes, marcando 40 goles en 75 encuentros disputados. En cada encuentro, Aldo mostraba su entrega y compromiso, pero fueron dignos de parar nuestra atención las victorias obtenidas en el Camp Nou o en el Santiago Bernabeu, victorias que forman parte de la historia txuriurdin.

A los dos años, Aldridge tuvo que retomar el camino hacia las islas por cuestiones familiares, pero su legado es indiscutible y abrió el camino para que jugadores como Dalian Txipirón Atkinson, Kevin Richardson, Gica Craioveanu, Darko Kovacevic, Nihat o Carlos Vela hayan podido desfilar por Donostia.

Es difícil encontrar a algún aficionado realista, veinticinco años después, a quien no se le escape una sonrisa al oír hablar de John Aldridge.

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